Feria de San Fermín
Tarde triunfal de Alberto Aguilar que salió por la Puerta grande en loor de multitudes
El madrileño Fernando Robleño lanceó al primero de superior manera y, tras un brillante tercio de varas, se dobló con torería hasta los medios en el comienzo del trasteo con la muleta. A continuación, dio dos tandas de buenos derechazos a media altura para evitar que el toro no perdiera las manos. Con la izquierda, abrochó las tandas de naturales con superiores pases de pecho. En el cuarto no pudo torearlo de capa por su dispar condición, pero fue superiormente picado por el varilarguero de turno. El astado llegó al último tercio defendiéndose con cabezazos muy peligrosos, pero el torero logró, a base de agallas, robarle tandas de mérito.
Javier Castaño lanceó de manera valiente a su primero, que fue picado maravillosamente bien. Pero el toro se partió el pitón y tuvo que ser reemplazado por otro del mismo hierro. Castaño lo saco a los medios y tras rematar con el capote fue desarmado y a punto estuvo de ser cogido. El burel hizo una pelea de bravo en los caballos y en el tercio de banderillas, David Adalid le sacó dos pares extraordinarios que recibieron una fuerte ovacion. El trasteo inicial sobre las piernas ante las bruscas embestidas del toro, que además de tardo tuvo su peligro y embestia de manera muy deficiente, puso en peligro al torero. Entro a matar y cobró un pinchazo feo.
El quinto, que recibió el trofeo póstumo de la vuelta al ruedo, se vino a más durante el desarrollo de su lidia. El picador Tito Sandoval recetó tres puyazos cumbres, tocando la música en su honor. También debido a que el salmantino lo toreó bien, la faena remontó el vuelo y logró brillantes compases por ambos pitones. Destacando los naturales, llevándolo muy lejos. La estocada impecable, tras la cual paseó el triunfo acompañado de su picador.
El madrileño Alberto Aguilar venía con rabia en los dientes. A su primero le dio varios lances fenomenales, realizando un quite por chicuelinas muy torero. Obsequió al respetable con unos magníficos pases por bajo al inicio con remates torerísimos. Se echó la muleta a la izquierda y le saco un par de tandas de mano baja que hizo sonar la música. Los naturales fueron idénticos pasándose los pitones por la barriga con una frialdad extraordinaria. Remató a la primera y cortó la oreja. Al sexto, un buen toro con pitones de infarto, lo lanceó con eficacia sacándoselo a los medios. Hizo un faenón de templada ejecución por ambos pitones sonando la música y poniendo de pie al público al pasarse los pitones con ritmo y torería. Los naturales fueron del mismo estilo volviendo loco los tendidos por la pureza con la que los ejecutó. Se tiró a matar, jugándose la vida. Le dio un volteretón saliendo ileso. Las dos orejas culminaron una gran tarde.
Tercer festejo de feria. Se corrieron 5 toros de José Escolar Gil (2º, sobrero); bien presentados y finamente armada; el 1º, 2º y 4º dispares de juego; y el 3º 5 y 6º, bravísimos. El 5º, fue premiado con la vuelta al ruedo. Fernando Robleño, vuelta tras petición y silencio; Javier Castaño, silencio y oreja; y Alberto Aguilar, oreja y dos orejas. Lleno de «No hay billetes».
Por la mañana, se desarrolló el segundo festejo de la feria. Novillos de José La Cruz, bien presentados y de juego dispar. Cayetano Ortiz, palmas y silencio; Juan Leal, una oreja en ambos; y Gonzalo Caballero, ovación en ambos. Tres cuartos de entrada.
El banderillero José Carlos García sufrió una cornada en el quinto novillo, cuyo parte médico reza lo siguiente: «Cogida leve envainada en la parte superior del muslo izquierdo de 8 cm a 10 cm de longitud y 4 cm de profundidad».
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