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Buenos Aires

«Trini» viajará a Rabat pese a que no hay embajador

La nueva ministra de Exteriores cumple el jueves dos semanas en el puesto de Miguel Ángel Moratinos y, según sus primeros pasos, todo apunta a que va a asumir el legado de «Curro» sin cambiar una coma. Trinidad Jiménez viajará a Marruecos «lo antes posible», según ha dicho ella misma, siguiendo la tradición de los jefes de la Diplomacia española, que suelen estrenarse en Rabat y Lisboa

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Aunque aún no se han concretado las fechas, Jiménez tiene previsto evaluar «cuanto antes» en persona el estado de las relaciones bilaterales con la corona alauí. Poco parece importar que Mohamed VI haya dejado desierta su Embajada en Madrid desde que el pasado mes de enero la abandonara Omar Azziman, llamado a ejercer otras responsabilidades.

El nuevo representante marroquí ya está elegido y cuenta con el plácet de España, pero no acaba de llegar y nadie acierta con los motivos. Se trata del saharaui y miembro arrepentido del Polisario Ahmed Ould Souilem, un nombramiento que no estuvo exento de polémica y que el Ejecutivo de Zapatero encajó como pudo aunque sin mucho entusiasmo.

La intención de «Trini» de distinguir al régimen marroquí con su primera visita se ha visto truncada por la muerte del ex presidente argentino, Néstor Kirchner, hace una semana. La ministra tuvo que viajar a Buenos Aires para asistir al funeral del líder peronista en compañía de Felipe González y dejar para más adelante su debut en Rabat después de un duro año en las relaciones bilaterales debido a la expulsión de Aminatu Haidar y a la crisis de Melilla de este verano.

La gira por el Golfo Pérsico con un nutrido grupo de empresarios españoles, diseñada por Moratinos, también ha quedado aplazada. Por el momento, «Trini» está creando su equipo y haciendo frente a las «patatas calientes» que dejó su antecesor siguiendo el guión «buenista» de La Moncloa al pie de la letra. Sobre la petición de extradición del etarra Cubillas a Venezuela, la ex ministra de Sanidad ha dicho que está «segura» de que el Gobierno de Chávez «colaborará», pese a que el líder bolivariano no ha podido ser más claro en su negativa. En el caso del cambio de la Posición Común de la UE sobre Cuba, una cruzada personal de Moratinos, Jiménez ha vuelto a hacer gala de su empatía y ha dicho que ve «normal» que La Habana exprese «cautela» ante las nuevas reglas de diálogo a medio camino que quiere imponer Bruselas. Lo cierto es que el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, fue más taxativo que prudente ante la ONU: «Europa sueña si cree que puede cambiar las relaciones con Cuba» sin cambiar la Posición Común.