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El misterio del pantano por José Cabrera
La autopsia no nos ha dejado demasiado tranquilos, tras unos días desaparecido, el niño rumano de Vicálvaro aparecía flotando en el pantano cercano a la localidad, y los médicos forenses han sentenciado muerte el día de su desaparición por parada cardiaca.
Y entonces empiezan en nuestras cabezas las preguntas: ¿Murió antes de entrar en el agua?, ¿Se ahogó? ¿Hubo alguna intervención ajena al niño?, ¿Qué papel juega la tabla de surf encontrada y con la que los chavales jugaban a menudo?.
Y por si fuera poco unos días antes de su desaparición entre la familia del muchacho y unos grupos gitanos había existido un desencuentro que presumiblemente no había acabado en nada.
Todo son conjeturas. La policía solo ha empezado a desentrañar el caso. Cuando la instrucción acabe las sospechas deben acabar con ella, porque nada puede quedar en el aire, un niño no debe morir sin que exista una explicación.
Si fue un accidente las lágrimas serán otras muy distintas a si alguien colaboró en la muerte del niño. Lo que es seguro es que un niño ha muerto y se ha quedado sin el resto de su vida, y esto necesita una respuesta.
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