Los Ángeles

La doble vida de Angelina Jolie

Guapa y peligrosa. Angelina Jolie se ha convertido en la belleza más letal de Hollywood. En «Salt» se mete en el pellejo de una agente de la CIA con mucho que decir y demostrar. Teñida de rubia y, también, de morena.

La doble vida de Angelina Jolie
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Un rostro, dos identidades, dos «looks», pero una sola mujer. Angelina Jolie en todas sus versiones para deleite de sus «fans», que no son uno ni dos, sino legión. En moreno agresivo de pupilas azules y en rubia peligrosa en plan Hitchcock, la actriz se enfrenta a todos los malos que encuentra en su camino en su nuevo filme, «Salt», una de espías y agentes secretos traicionados con suspense de fondo y ruido de tiros en cada tramo. Un papel que no es nuevo para la mujer de Brad Pitt, que dejó los papeles complejos con los que se desenvolvió en la primera etapa de su carrera, en aquellos inicios en que sus trabajos no estaban por debajo de su físico ni de sus escandalosas relaciones (Billy Bob Thorton). Era la época de «Inocencia interrumpida», donde hizo palidecer al supuesto estrellón de la cinta, Winona Ryder, que hoy ha caído en desgracia. A partir de ahí se ha ido especializando en papeles de acción con excepciones como la de «El intercambio», donde estaba dirigida por Clint Eastwood. Pero la senda común de sus últimas elecciones son las cintas de aventuras vertiginosas y disparos (ahí está la que protagonizó junto a su marido: «Sr. y Sra. Smith») desde que encarnó a la exuberante Lara Croft, que nació en los videojuegos.

Ahora se pone en el pellejo de una atractiva mujer con dos caras, con dos miradas. Angelina Jolie, por dos. Un ejercicio de acción. Y también de suspense en un «thriller» donde demuestra que las chicas guapas todavía son de temer, a pesar de que no vayan de rubio platino ni calcen estilosos zapatos de aguja. Sigue así la estela de otras actrices que no le han temido al cambio físico extremo, como Kim Novak, Rita Hayworth, Charlize Theron o Natalie Portman, la más agresiva que pasó de la peluca rubio violeta al rapado absoluto.


El cambio de color capilar tiene su lógica: esta vez, la Jolie interpreta a Evelyn Salt, una enigmática oficial de la CIA acusada de ser una espía rusa. Una doble vida, quizá. Cuando intenta demostrar su inocencia, levanta aún más sospechas. Para rodar esta película de acción, la actriz se sometió a una dieta estricta y a largas jornadas de gimnasio, aunque asegura que éste es su género favorito. Y confiesa estar encantada con «Salt» y que ha rodado todas las escenas por peligrosas que fueran, como hace siempre. A pesar de trabajar duro para «Salt», ha seguido ocupándose personalmente durante todo ese tiempo de sus seis hijos, algo, reconoce, más complejo que protagonizar cualquier cinta, aunque la recompensa sea mayor.

–La película comienza de manera bastante fuerte. ¿Le costó encarar ese arranque?
–No. Estudiamos de qué manera se tortura en Corea del Norte y descubrimos que, desgraciadamente, hay diferentes técnicas para ello. Elegimos la más extraña para darle un toque dramático a la historia. Resulta violento, sobre todoporque se practica a una mujer y es golpeada en el estómago y la boca.

–La historia que cuenta se ha convertido luego en un hecho real... ¿Le sorprendió?
–Nada, ya que jamás se puede subestimar a nadie ni a nada: además, soy una de esas personas que cree que todo lo imaginable puede suceder. Por ese motivo debemos protegernos, tener nuestros propios espías, un departamento de inteligencia. Ha sucedido en el pasado y está ocurriendo hoy porque las nuevas tecnologías han creado la ciberinteligencia y ése es un mundo que aún desconocemos.

–¿Siempre ha sido tan valiente?
–Sí. Toda mi vida lo fui, y curiosa, como mis hijos Pax y Shiloh.

–¿Y consigue encontrar dosis de aventura lejos de la cámara?
–A veces me subo a una moto con Brad Pitt. Me gusta viajar por todo el mundo a lugares desconocidos, pero mi gran aventura, sin duda, son mis niños.

–La cinta se escribió originalmente para un hombre. ¿Cree que actualmente en Hollywood las mujeres y los hombres han conseguido por fin la igualdad?
–Eso siempre será un problema. Veremos cómo el público acepta esta película, si van a verla significará un paso adelante en dicho sentido. He interpretado muchas mujeres fuertes, y fantaseo con la idea de que Hollywood nos trate igual que a ellos. Nunca he encarnado a alguien real en tiempo real, para mí el cine es imaginación. Espero que el espectador responda a mi trabajo porque ésta es una buena película.

–¿Ha tenido usted algún modelo a seguir?
–Mi madre era muy, muy fuerte. Aunque no gritaba ni insultaba, siempre reía. Tenía un corazón grande, una gran integridad y una fe inquebrantable. Fue un ser adorable, extraordinario, y también mis tres hijas son fuertes.

–¿Piensa que las jóvenes que empiezan ahora en la Meca están más presionadas que usted en cuanto al físico?
–Cuando yo empecé en los 90 ser o no delgada no era un problema, sobre todo porque no existía esa obsesión por ser famosa como hay ahora. Las nuevas generaciones no poseen la oportunidad de desarrollarse dentro de diferentes personajes y se encuentran con la popularidad identificadas con una determinada imagen. Es mucho más difícil desarrollar su registro y se las lanza de forma cruel al estrellato. Me parece que, si tuviera que empezar ahora, no elegiría ser actriz.

–¿Y la fijación con el peso?
–No sé qué decirte. Jamás he prestado atención a eso. Desde tiempo inmemorial las mujeres han tenido problemas con la báscula. Yo he elegido ignorar las críticas. Cada uno tiene que encontrar su propia manera de consolarse...

–¿Tuvo control durante la creación de su personaje en el filme?
–El equipo colaboró junto a los escritores, los otros actores, el director, Phillip Noyce, y yo. Nos entrevistamos con mujeres de la CIA, tenía una visión determinada de cómo quería encarar a Salt, pero fue fruto de todos.

–¿Considera que la película es demasiado violenta?
–No me parece excesiva. En el mundo hay violencia. Pero no hemos sido sangrientos por gusto, hay una historia detrás de la violencia.

–Ya trabajó con Noyce hace diez años en «The Bone Collector». ¿Esa joven tenía idea entonces de hasta dónde iba a llegar?
–En absoluto, nadie tiene una visión clara de cuál va a ser su futuro. Siempre he disfrutado con esta profesión. Podría comparar aquel personaje, una policía contundente que encuentra su camino gracias a la profundidad de Denzel Washington, con éste de Salt. Porque en el filme, diez años después, descubrimos al mismo personaje convertido en espía de la CIA.

–¿Prepara ya Cleopatra, su nuevo proyecto?
–Sí. Ahora mismo estoy estudiando y leyendo sobre esa fascinante reina, alguien a quien he querido interpretar toda mi vida.

–O sea, que va a seguir trabajando en el cine...
–Por supuesto. Todos esos periódicos que aseguran que me retiro mienten.