Los Ángeles
La mujer del cuadro por Elena OCHOA
Andy Warhol fue un artista visionario. Poseía el talento artístico, el poder creativo, la energía y la habilidad para «sentir» su generación, sus iconos materiales y también humanos que definieron e identificaron su tiempo. Tenía dentro de sí la droga inefable que impulsa al triunfo y al éxito total. Todo lo que hacía le motivaba; perseguía el reconocimiento.
Liz Taylor, como Marilyn Monroe, Grace Kelly o Truman Capote, fueron algunos de los iconos en los que Andy se fijó y que supo identificar como nadie de su época. Todas las famosas serigrafías que hizo del rostro de Liz Taylor son ya historia y un punto de referencia de su generación.
Warhol sentía una atracción inevitable por todo aquel que, cualquiera que fuese el motivo, sobresaliese de la media y tuviese poder (ya fuera artístico, económico o personal). Liz Taylor tenía sin duda una personalidad muy atractiva y, además, influencia dentro del ambiente cinematográfico de la ciudad de Los Ángeles. Era una mujer increíblemente sexy y poseyó un carácter fuerte que ya en su momento destacó y llamaba mucho la atención. Sin duda, Elizabeth Taylor poseía todos los requisitos imprescindibles para fascinar y atraer la atención de un artista de la talla de Andy Warhol.
Elena OCHOA
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