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Bruselas

La crisis del pepino: la defensa de un sector clave en españa

Resulta paradójico que sea Alemania quien lanzara un ataque infundado hacia nuestro país. Apenas hay que retroceder unos meses para toparse con una grave crisis alimentaria protagonizada por el país germano.

La crisis del pepino: la defensa de un sector clave en españa larazon

A principios de año se comunicó una alerta por dioxianas cancerígenas en carne y huevos, presente en los piensos para animales en un nivel 77 veces superior del permitido por la UE. No sólo existía un riesgo de que el consumidor pudiera contraer cáncer; la intoxicación también podía provocar abortos. El caso obligó a cerrar alrededor de 5.000 granjas. Lo más grave es que la contaminación, detectada por la empresa fabricante en marzo, se silenció durante ocho meses. La crisis provocó que Bruselas recriminara su actuación a la industria alemana y exigió al sector alimentario un mayor control. Es más: Alemania no explicó ni cómo ni cuándo se produjo el accidente y tampoco ofreció detalles en una reunión con los Veintisiete. Más trágico fue el caso, en agosto de 2010, de la muerte de tres bebés en un hospital de Maguncia por una contaminación de origen bacterial. Las intoxicaciones pudieron deberse a la contaminación de los catéteres, a través de los cuales los pequeños recibían alimentación por vía intravenosa.

Pedro Larumbe, cocinero: «No entendería el gazpacho sin pepino»
«No entendería nuestra cocina sin el pepino», dice Pedro Larumbe, quien, según le preguntamos por las virtudes de la hortaliza, empieza a enumerar platos de su recetario: crema de pepino, patata y puerro con bolitas de melón y polvo de jamón ibérico, sorbete de pepino con tartar de vieiras, en ensalada con salmón ahumado y eneldo... Al hablar de sus beneficios en la buena mesa, recuerda que se trata de un producto saludable, ya que posee pocas calorías, es de fácil digestión, posee propiedades diuréticas, laxantes, así como un alto contenido en agua, un 97%, y apenas contiene carbohidratos ni grasas. Dani García, uno de los chefs más relevantes del panorama culinario andaluz, insiste en que no entendería el gazpacho, «uno de los platos más mediterráneos que existen», afirma, sin él, «me faltaría algo», prosigue desde Calima, en Marbella, donde juega con platos tradicionales y la vanguardia elevada a la máxima expresión, de donde ha salido el polvo helado de pipirrana, bocado en el que incluye la hortaliza: «Aporta un sabor personal que todos tenemos guardado en la memoria gustativa».

Ángel de Benito, coctelero: «Su función es realzar el sabor, nunca falla»
El gin tonic vive una revolución, tanto que los grandes chefs investigan en esta tendencia para sumergirse en la llamada cocina líquida de la que tanto sabe Javier de las Muelas. Y si el trago de moda es el combinado de ginebra con tónica, lo es más si la corteza de limón es sustituida por unas rodajas de pepino fresco con su piel: «Su función es realzar el sabor de la ginebra, por ejemplo Hendricks o Citadelle, que lo emplea en su proceso de destilación. Nunca falla», explica Miguel Ángel de Benito, quien agita en barra de Castellana DF dos cócteles que también asientan el estómago: agua de pepino y otro compuesto por éste y aguacate.
La esteticista Carmen Navarro, por su parte, alaba sus características como hidratante y regenerante de la piel, al ser rico en agua, vitamina E y aceites naturales: «Es uno de los mejores remedios para su cuidado externo. Por eso, la cosmética natural lo incluye en sus productos». Además, advierte de que resulta un remedio fenomenal para las quemaduras solares, así como para combatir el acné, equilibrar la grasa, la dermatitis, las bolsas de los ojos y ojeras, e, incluso, para el mal aliento.