BARCELONA- «Los valores de igualdad prevalecen ante aspectos culturales como determinados tipos de pañuelos que pretenden esconder el rostro de la persona, convirtiéndose en un símbolo de desigualdad entre hombres y mujeres». Con estas palabras, el alcalde de Lérida, Àngel Ros (PSC), se posicionó en contra del uso del burka, trasladando así la polémica a los plenos de los ayuntamientos catalanes. «El burka se ha convertido en un obstáculo grave para cumplir con los valores de nuestra sociedad, como la libertad y la igualdad de género, por los que hemos luchado durante siglos», consideró el regidor socialista.Sin poder legislativoAnte estas declaraciones, CiU, que ejerce la oposición en el Consistorio, comunicó que presentará una moción en el próximo Pleno para pedir la prohibición de llevar esta vestimenta en la vía pública. «La regulación de esta prohibición se puede hacer por dos vías: a través de la ordenanza de civismo y mediante una regulación de ley general», especificó el portavoz convergente del grupo municipal, Isidre Gavin, que el próximo 28 de mayo debatirán la propuesta. «Hemos de estudiar jurídicamente qué podemos hacer, ya que los ayuntamientos no tenemos poder legislativo», consideró por su lado el primer edil. Siguiendo los mismos pasos, en Barcelona, el PP municipal, liderado por Alberto Fernández, reclamará la prohibición de la prenda en la próxima Comisión de Presidencia. «Su uso atenta contra la dignidad de las mujeres y no es una expresión religiosa ni cultural, sino una señal de esclavitud», dijo Fernández.Por su parte, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se mostró partidario durante una visita a Lérida de prohibir el uso en las administraciones públicas y en el trabajo. «No me imagino a una persona trabajando en nuestro mercado laboral o desarrollando una actividad pública con el burka», señaló.