Ginebra
López primer lendakari sin inmunidad
Mantenía el teléfono móvil en silencio mientras impartía una conferencia organizada por la London School of Economics and Political Science en la capital británica. Al concluir la intervención y pasar a disfrutar de un cóctel distendido, procedió a devolver la insistente llamada.
«No le cambió el semblante, ni puso mala cara», explican fuentes cercanas al lendakari, que aseguran que Patxi López se limitó, después de colgar, a disfrutar con normalidad de la velada. No hizo ni un solo comentario en lo que restó de día, tampoco a su mujer, que le acompañaba en el viaje.
Fue a la mañana siguiente, cuando alguien de su equipo se hizo eco de la noticia desvelada por LA RAZÓN, cuando por fin López confesó que en la jornada anterior el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, le comunicó la intención del «comando Otazua» de acabar con su vida a manos de un francotirador durante el primer aniversario del atentado contra el policía nacional Eduardo Puelles. López restó importancia a los propósitos asesinos de ETA, que por primera vez planea liquidar a un presidente vasco.
El lendakari «no cayó ni en la ostentación, ni en el victimismo sabe que es un riesgo asumido con el cargo», señalan las mismas fuentes. En su fuero interno López sintió «vacío y rabia». En sus declaraciones públicas trasladó dos mensajes: solidaridad con los amenazados, cuyas filas engrosa desde que fuese elegido líder del PSE, y firmeza en la política antiterrorista.
Josu Puelles, que esta semana acudió a Ginebra para pedir a la ONU que cree la figura de un relator especial que defienda a los amenazados por ETA, ha experimentado un sinfín de sentimientos a raíz de la detención de quienes acabaron con la vida de su hermano. «Que ETA pretendiese amargarnos el primer homenaje a mi hermano intentando atentar contra el lendakari denota la perversión ética y moral de esta gente», explica a este periódico.
Esa información y la que revela que el jefe del «comando», Daniel Pastor, tuviera una relación vecinal y cordial con una prima carnal de los Puelles confirma para Josu que ETA está «en manos de psicópatas». El presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, recuerda que recibió con «alivio» la noticia de la detención del «comando Otazua», tras una conversación con el Ministerio del Interior, que entonces ya le dejó caer que sus miembros tenían planes vinculados a las concentraciones que celebraban cada mes los Puelles y a las que acudía la plana mayor de PSE y PP.
Pero fue a través de este periódico como conoció con precisión el intento de atentado contra López, una intención que evidencia para Basagoiti dos realidades importantes.
Dos realidades de Basagoiti
Primera: que los comunicados de ETA son una «falacia», porque supuestamente había anunciado el cese de acciones violentas en las fechas en las que se pretendía atentar contra López y Ares. Y segunda: que el PNV, al frente del Gobierno vasco, «pudo hacer más de lo que hizo contra ETA», y que ha contribuido a crear un «ambiente peligroso» al cuestionar la legitimidad del actual lendakari por contar con el apoyo del Partido Popular y sin la presencia parlamentaria de Batasuna.
Desde la presidencia vasca lamentan la reacción «nada brillante ni elegante» de los nacionalistas al conocer el intento de atentado contra el lendakari López. Pero la gota que colmó el vaso la vertió EA, socio político de Batasuna, al referirse a la noticia como una «filtración» para «neutralizar» las denuncias de torturas realizadas por los etarras del «comando». Respecto al comunicado de Sortu en el que rechazaba, retorciendo el lenguaje, el intento de atentado contra López, la presidencia vasca lo interpreta como «una novedad fruto de la presión y de la política de firmeza del Gobierno vasco».
Un rifle para Atutxa
El Gobierno de López nació en mayo de 2009 bajo la amenaza directa de ETA, que lo señaló en su conjunto como objetivo militar prioritario. En los ejecutivos anteriores del PNV sólo hallamos un intento de atentado de ETA contra el que fuese consejero de Interior entre 1991 y 1998, Juan María Atutxa. También los terroristas habían previsto asesinarle con un rifle de mira telescópica durante una concentración a favor de la liberación del empresario José María Aldaya. Quizá la falta de antecedentes, ya que antes el PNV formó gobiernos de coalición con el PSE, esté vinculada al hecho de que ETA no estrenó su campaña de atentados preferentes contra cargos públicos vascos hasta que en 1995 mató de un tiro en la nuca al parlamentario vasco del PP Gregorio Ordóñez.
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