«Cádiz debe ser un puente entre Europa e Iberoamérica»

 –¿Está satisfecha con la labor que está realizando el Consorcio del Bicentenario?
–Una ciudad con 140.000 personas no tiene recursos económicos para improvisar una celebración de estas características en dos ni en tres años, ya que el presupuesto no lo permite. Nos pusimos a trabajar en 1999. Hemos peleado por la Comisión y el Consorcio. ¿Cuál es la diferencia? Que en 2006 estaba la Comisión y en 2007 el Consorcio. Esta ciudad ha hecho todo lo que tenía que hacer desde el punto de vista de impulsar a nivel nacional este instrumento.

–Cádiz parece que lidera la conmemoración. Incluso cuando llegaron los fastos del Bicentenario de las Cortes Generales en San Fernando, que son anteriores, pasaron casi desapercibidos.
–Bueno, eso es una interpretación en la que no quiero entrar. Mucha gente entendió que debíamos empezar a trabajar en 2008, pero si no hubiéramos empezado antes no tendríamos nada. En 2006 conseguimos la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura, sin ser capital de Estado. Entendieron que en 1812 fuimos la capital de España. Es una oportunidad que hemos buscado. No hemos tenido que hacer grandes desembolsos en publicidad para pasar los distintos cortes. Los recursos los estamos empleando en preparar la ciudad y en hacer intercambios culturales. Cádiz debe tener un estatus de ciudad puente entre Europa e Iberoamérica.

–El Bicentenario es una conmemoración cultural y política. ¿También se visualizará en infraestructuras?
–El Gobierno ha querido hacer coincidir una infraestructura vital para la ciudad, como es el segundo puente, con el Bicentenario. Después de algunos retrasos será la obra que el Estado aporte a la celebración. Es un puente que reclamamos desde 1996 porque Cádiz lo necesita. O la Alta Velocidad, que es un proyecto que comenzó en 1997 con el soterramiento de las vías. También la rehabilitación del Castillo de San Sebastián y la construcción de un parador nuevo.

–¿Entiende el Gobierno que el Bicentenario es un escaparate también para España?
–Somos conscientes de que nosotros tenemos que llevar la iniciativa. Con todos los problemas económicos que tiene el país es muy difícil llamar la atención de un ministro para que esto sea prioritario. No se puede pensar que sin tirar de la chaqueta al Estado no se conseguiría. El círculo virtuoso que se produjo con los gobiernos de Aznar, que consistió en más empleo, creación de riqueza y menos inflación, ahora se ha convertido en la tormenta perfecta: más inflación, más paro y menos crecimiento. Que ya es el colmo.

–¿Cuándo arrancarán las actividades de la conmemoración?
–Al obtener la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura, queremos que sea durante todo el año y que la ciudad sea el escenario. No tenemos espacio, como Sevilla, Valencia o Barcelona, para hacer un espacio dedicado a la cultura. No podemos hacer un equipamiento importante. Queremos poner en valor espacios determinados de la ciudad. Algunos los hemos adquirido al Ministerio de Defensa, como los baluartes o la Cárcel Real. Se convertirán en un centro de arte contemporáneo y en una Casa de Iberoamérica.

–¿Será una realidad finalmente el segundo puente en 2012?
–Cuando peleamos en verano para que no se parara por la crisis ya estaban las pilastras en marcha. No se sabe en qué fecha de 2012 estará terminado.

–¿Las relaciones con el ministro José Blanco son mejores que con Magdalena Álvarez?
–Blanco ha entendido mejor que Cádiz y la bahía necesitaban este puente. Hubiera sido ilógico que no estuviera para el Bicentenario. Es obligado para un ministro entenderlo y sólo tuve que estar una semana recogiendo firmas. Es un puente que a Cádiz se le debe. Cuando a todas las ciudades se le hicieron circunvalaciones y accesos, a Cádiz no se le podía hacer nada.

–El AVE parece que está encontrando menos escollos.
–El gran escollo es que no se aceleraron los proyectos del tramo entre Utrera y Jerez. Creo que las infraestructuras son proyectos de Estado y deben tener un ritmo.

–En cuanto a las finanzas municipales, ¿cuál es la situación?
–Cádiz siempre ha estado con niveles muy justos. Desde 2001 conseguimos que, gracias a la modificación de la Ley de Haciendas Locales, las ciudades de más de 100.000 habitantes que no tuvieran ni un metro cuadrado de suelo disponible tuviéramos unas condiciones especiales.