La expectación por el juicio a Ángel Carromero era máxima y las ansias por saber qué ocurrió de verdad aquel fatídico 22 de julio,–día en el que fallecieron el fundador del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá, y el activista Harold Cepero– hicieron que periodistas, blogueros y disidentes quisieran conocer de primera mano lo que acontecía en la sala del Tribunal en Bayamo. Además, el periódico oficialista «Granma» había publicado que el juicio al dirigente de Nuevas Generaciones del PP iba a ser «oral y público», por lo que estaban esperanzados en poder asistir. No sólo no pudieron entrar, sino que muchos fueron detenidos. Incluso el día anterior, la bloguera y colaboradora del diario «El País», Yoani Sánchez, y su marido, Reinaldo Escobar, fueron detenidos para prevenir de un posible «show mediático». Yoani Sánchez estuvo 30 horas arrestada, acusada de querer «boicotear al tribunal». Tras quedar en libertad y pese a la dureza de la experiencia, Sánchez relató que al menos pudo vivir «en la piel de Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior». La bloguera, de 37 años, se resistió a ser desnudada ante tres mujeres uniformadas y «pagué las consecuencias». Tras ese momento de máxima tensión, se negó a «colaborar con mis captores y se lo dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja». Todo lo que pasó fue grabado y ella era observada constantemente. La trasladaron a un «calabozo-suite» hasta que le informaron de que la devolvían a La Habana. El periodista Henry Constantin también fue a Bayamo a cubrir el juicio y sobre las 11 de la mañana (hora local) lo detuvieron cuando estaba preguntando por el paradero de otros compañeros. «Me llevaron a Río Cauto, a unos 50 kilómetros». Era la primera vez que Constantin era arrestado, situación para la que no estaba preparado, «Todo fue muy feo. Además, los oficiales no sabían bien qué hacer conmigo. En teoría estaba allí por ‘desorden público', pero no había hecho nada», cuenta a LA RAZÓN el joven periodista que fue puesto en «libertad» a las 5:55 de la mañana.

El arresto, minuto a minuto
En cuanto salió de las dependencias policiales, Yoani Sánchez comenzó a tuitear lo sucedido. Toda la comunidad internacional había estado pendiente de su arresto, por lo que en primer lugar dio las gracias a todos los que «levantaron su voz y sus tweets para que lograramos regresar a casa» y reconoció que su intención «era totalmente periodística. Asistir al juicio a Ángel Carromero y reportar desde Bayamo a través de mi cuenta de Twitter». También recordó a la familia de Payá: «Lo más triste y significativo es su drama. Nuestros arrestos no son nada comparados con esa pérdida».