Camas
«Carcaño llevó al límite el dolor de la familia de Marta»
La Fiscalía del Supremo le define como alguien que sólo buscaba «alimentar su ego» y que «aumentó, exasperó y prolongó» la agonía de los familiares
MADRID- Miguel Carcaño, asesino confeso y condenado por el asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo, «aumentó, exasperó y prolongó» el dolor de los familiares de la víctima, burló las «expectativas de encontrar el cuerpo» y de aclarar los hechos, elevando el sufrimiento de la familia directa de la chica «hasta límites fácilmente imaginables, ofreciendo versiones en las que no escatima en detalles penosos con una mera finalidad utilitaria, es decir, mirando su propio y exclusivo capricho e interés y alimentando su ego, sin que le detuviera ni le importara el incremento de dolor que tales declaraciones estaban provocando en la familia de la víctima».
Éste es uno de los argumentos principales que esgrime la Fiscalía del Tribunal Supremo en el recurso contra la sentencia de la Audiencia de Sevilla que condenó a Carcaño a 20 años de cárcel por el asesinato de la joven, pero lo absolvió del delito de violación –delito por el que no recurre–, por lo que solicita que se le condene también a otros dos años de prisión por un delito contra la integridad moral. También insta al tribunal a que revoque la absolución del hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado, y su novia, María García, así como la de Samuel Benítez, por ayudarle a deshacerse del cuerpo de la víctima. El recurso se verá en la Sala Penal del Supremo el próximo 7 de noviembre.
El escrito de la Fiscalía rebate a lo largo de 39 folios lo que considera una sentencia, la dictada por la Audiencia de Sevilla, «gravemente errónea y arbitraria», pese a reconocer el «esforzado trabajo realizado por la Sala». Así, respecto a los acusados que resultaron absueltos, el Ministerio Público entiende que «resulta un sinsentido el mantener ese pronunciamiento frente a evidencias que son percibidas de manera natural y sin esfuerzo por cualquiera que se aproxime a la sentencia».
De esta forma, incide en que la Sala que juzgó el asesinato de Marta del Castillo chocó en su sentencia «con una serie de evidencias que no acierta a sortear, incurriendo en valoraciones arbitrarias. En ocasiones, es como si de tanto mirar con lupa las hojas de los árboles, se hubiera perdido la visión del bosque». Uno de los ejes del recurso se centra en analizar de forma pormenorizada el daño causado por la conducta de Carcaño a la familia de la víctima, además de reiterar la existencia de claros indicios –a juicio de la Fiscalía– para condenar a los otros tres acusados. Este aspecto lo resume el Ministerio Público en un párrafo claramente esclarecedor que pone de relieve la personalidad, la actuación y la clara voluntad de hacer daño a la familia por satisfacer su ego, siendo consciente en todo momento de ello: «El acusado es una persona con una capacidad mental normal, sin alteraciones en sus facultades cognitivas y volitivas, y por ello, plenamente capaz para saber y conocer el alcance de sus actos y los padecimientos y nocivas consecuencias que en el estado de ánimo de la familia directa de Marta, a quien por cierto conocía con anterioridad a estos hechos, iban a provocar necesariamente sus continuos y erráticos cambios de declaraciones».
No le importaba el sufrimiento
En esta línea, la Fiscalía incide al analizar la conducta del único condenado por el asesinato de la joven sevillana que Miguel Carcaño, con su actitud a lo largo del proceso «aumentó, exasperó y prolongó ese dolor de los familiares de la víctima, al ofrecer diversas y dispares versiones de la forma de suceder los hechos y del destino dado al cuerpo de Marta, en la medida que se iban descartando las anteriores versiones facilitadas por el mismo y que provocaron unas intensas, laboriosas y, en todo caso, fallidas labores de búsqueda del cuerpo de Marta, que aún no ha sido hallado». Esa postura de Carcaño, añade el escrito de recurso del fiscal, la mantuvo «consciente de que con ello alimentaba inútilmente las expectativas de los familiares para encontrar el cadáver e incluso alentaba las esperanzas de encontrarla con vida, que continuamente se veían frustradas», con el consiguiente dolor que ello provocaba en los familiares.
Junto a ello, solicita igualmente que los acusados tengan que hacer frente a los 616.319 euros que costó la búsqueda del cuerpo desde su desaparición, en el río Guadalquivir, en el vertedero de Alcalá de Guadaíra y en la zanja de Camas (Sevilla). Carcaño, por su parte, pide que se le condene por homicidio y no por asesinato.
«Un efecto negativo en la percepción de la Justicia»
La Fiscalía coincide con la Audiencia de Sevilla en la «enorme repercusión» que estos hechos han tenido en la opinión pública, por lo que las «deficiencias en la sentencia» recurrida «son magnificadas en la conciencia social». Por ello, destaca que el aceptar por válidas conclusiones que «son absolutamente ilógicas, lesiona no sólo los derechos constitucionales de las partes procesales, sino también, y en particular, los sentimientos de las víctimas...y, evidentemente, produce un efecto negativo en la percepción de la Administración de la Justicia». Junto a ello, alude a la sentencia que condenó al menor de edad conocido como «El Cuco». Como es lógico, admite que la Audiencia de Sevilla no estaba vinculada por esa resolución, «pero no hay duda de que tanto en la intervención de esos adultos, como especialmente en las circunstancias en que la intervención se produjo, son contradichos frontalmente por la sentencia». recurrida.
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