BARCELONA- Año tras año, La Ciudad Condal evidencia una preocupante desigualdad entre la calidad de vida en los diferentes barrios de la ciudad, una desigualdad que, en lugar de ir suavizándose mediante acciones e iniciativas sociales de carácter público, las estadísticas evidencian que han ido en aumento en los últimos años. Por ejemplo, en la misma ciudad, la diferencia en la esperanza de vida de un hombre nacido en el barrio de Sant Gervasi (81 años), y la del Raval Sur, (73), es de 8 años.

En el barrio de Tres Torres, ubicado en el distrito de Sarriá –Sant Gervasi y que ostenta la mayor renta, una familia contaba en 2010 con 2,26 veces la renta media de un hogar barcelonés, mientras que en Can Peguera, Nou Barris, sobrevivían con el 0,38 de la media. Es decir, en el supuesto que una familia media de Barcelona cuente con 100 euros, en Can Peguera deberían apañárselas con 36 euros y en Tres Torres dispondrían de 226 euros.

Can Peguera quiere cambios
Ante esta situación, los principales barrios desfavorecidos reclaman mayores atenciones por parte de las administraciones públicas, a quienes acusan de no hacer suficiente esfuerzo por suavizar esas desigualdades. Pep Ortiz, presiente de la Associació de Veïns de Can Peguera, señala que «en el barrio, el 60 por ciento de las personas no llega a fin de mes». «Siempre ha sido un barrio económicamente débil, pequeño, que no llega a los 2.000 habitantes, popular y de casas baratas, con una mayoría de gente mayor que ha de sobrevivir con sus pensiones», recuerda Ortiz, quien destaca que pese a elloel Ayuntamiento no ha diseñado ningún plan de barrio para intentar revertir la situación.

Ortiz denuncia la falta de sensibilidad del Consistorio hacia los barrios desfavorecidos y la ausencia de iniciativas políticas y sociales destinadas a mejorar la situación del barrio. «Hace cerca de un año se acabó la construcción de un CRAE (Centro Residencial de Acción Educativa) en Nou Barris pero desde entonces está en desuso por falta de dinero. Según la regidora del distrito, Irma Rognoni, abrirlo costaría un millón 800 mil euros y de hacerlo no tendrían ni un duro más para invertir en Nou Barris». «Sin embrago, el Ayuntamiento sí que tiene presupuesto para invertir 5 millones de euros en la reforma del Paseo de Gracia», critica Ortiz.

Desde la Federació d'Associa-cions de Veïns de Barcelona, Albert Recio denuncia que «con el nuevo gobierno municipal ha habido un parón completo en inversión pública en la mayoría de los barrios. Hay muy poco gasto social». Según Recio, «las prioridades han cambiado, es un problema de sensibilidad».

Al respecto, desde el Ayuntamiento de Barcelona admiten que «no existe ningún plan de acción que incida directamente sobre las desigualdades entre barrios» y alegan que el Consistorio «trabaja para toda la población». «Nosotros no apoyamos a los barrios, sino a las personas y solamente se diseña un plan cuando existe un conflicto, como el que se llevó a cabo en el Besós por el asentamiento de Sant Martí». «En el caso de Can Peguera, por ejemplo, no hay ningún conflicto», asegura el Ayuntamiento, que en 2011 destinó un 6 por ciento más a la acción social y ciudadana, mientras que el Instituto Municipal de Servicios Sociales incrementó su presupuesto en un 12,5 por ciento.

El futuro de las políticas de igualdad entre barrios es poco halagüeño puesto que al supuesto desinterés municipal se añade la decisión que en 2011 tomó el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya de dejar de aplicar la Ley de Barrios tras siete años de vida de este programa de inversión directa en municipios,