Nueva York
Picasso dialoga con Rusiñol
Fueron amigos y rivales durante casi diez años. El Museo Picasso de Barcelona los vuelve a reunir en una muestra.
BARCELONA- Durante sus años de formación artística en Barcelona, el joven Pablo Ruiz Picasso pudo conocer a los grandes protagonistas del modernismo. Uno de ellos le marcó de manera destacada: Santiago Rusiñol. El tema ha sido tratado en varios estudios, pero ahora el Museo Picasso de Barcelona ofrece una visión diferente del tema con nuevas y sorprendentes revelaciones. A partir de las investigaciones de Evarist Vallès, comisario de la muestra, «Picasso vs. Rusiñol» permite comprobar como el malagueño aprendió todo cuanto pudo del bohemio catalán, como haría después con otros autores como Velázquez o Matisse.
Una obsesiónLa exposición examina el papel que Rusiñol desempeñó en el nacimiento del Picasso creador plástico durante su formación como artista, hasta el punto que el autor de «Las señoritas de Aviñón» se obsesionó con el polifacético autor modernista. Picasso conoció a Rusiñol cuando éste ya no es un referente de la vanguardia, aunque sigue sorprendiendo a todos con sus arriesgadas propuestas, como la reivindicación de El Greco. Era el líder de una época y el muchacho vio en él al hombre que reunía todo aquello que quería ser.La muestra se abre con un documento curioso. Es una cuartilla en la que Picasso practica hasta la exasperación la firma de Rusiñol porque quiere copiarlo, quiere llegar a ser como él. Eso explica que en esos años llegará a dibujar 21 retratos del autor de «L'auca del senyor Esteve», de los que se exponen en el museo doce. A partir de obras del propio museo, así como del Metropolitan de Nueva York, del Orsay de París y del Prado de Madrid, se recrea un diálogo que se prolongó más allá de la muerte de Rusiñol, cuando Picasso decide ilustrar «L'auca del senyor Esteve», además de pedirle a su biógrafo Josep Palau i Fabre que continuará el texto con una segunda parte.En la muestra se confrontan obras de Rusiñol con otras de Picasso, como un lienzo sobre el puerto de Barcelona, aunque se incluye, asimismo, una parodia de Picasso de «La alegoría de la Poesía» de Rusiñol. Por otra parte, gracias a la exposición se ha descubierto un fragmento hasta ahora desconocido y nunca exhibido de una de las obras capitales de la colección del Museo Picasso, «El abrazo», pintado en París en el año 1900. Por causas desconocidas, la pieza fue cortada del original, seguramente con la aprobación del pintor, puesto que su firma está en ambas composiciones.Igualmente interesante es la exposición de los «Picassos» que formaron parte de la colección privada de Rusiñol, uno de los primeros coleccionistas del artista y que formaron parte del Cau Ferrat, la casa-museo del modernista en Sitges. El cierre actual de este edificio por restauración ha permitido que se puedan presentar algunas de las joyas de sus fondos. De esta manera, uno de los apartados de la muestra reconstruye la particular casa con sus colecciones de cerámicas y hierros.Igualmente se presentan importantes obras de juventud de Picasso como «Hombre desnudo», de 1895; «Pareja en un jardín» o «Nocturno barcelonés», de antes de su importante partida hacia París, y que constatan la influencia que tuvo el mundo artístico de la capital catalana en él, antes de su experiencia e inmersión en la capital francesa.La relación entre Rusiñol y Picasso comportó, igualmente, que ambos sintieran atracción por un pintor como El Greco, mostrándose varias obras relacionadas con este artista. Picasso llegó a retratar a su admirado camarada a la manera del célebre óleo del autor barroco, «El caballero de la mano en el pecho». Este dibujo, junto a la copia que Rusiñol hizo de esa composición de El Greco, también forman parte de esta interesante propuesta.
- Dónde: Museo Picasso. C/Montcada, 15. - Cuándo: Hasta el 5 de septiembre.- Cuánto: 5,80 euros.
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