Desde las alturas, León de Aranoa se agacha cada vez que saluda a un periodista. Y a cualquiera. Que el director de «Familia» mide cerca dos metros y sigue siendo un tipo cálido y sumamente amable. En «Amador», su nuevo trabajo, Marcela (Magaly Solier) es una inmigrante con apuros económicos que decide cuidar de Amador (Celso Bugallo), postrado en cama, mientras su familia está fuera. Pero un hecho imprevisto la obligará a tomar una decisión extrema.

–«Los lunes al sol» (2002) y este filme suponen sendas radiografías de la sociedad española. Y, según vemos, andamos igual de malamente...
–Sí, entonces había gente que pasaba serias dificultades y también hoy. Gracias a Dios, tampoco ha cambiando la fuerza que muchos poseen para salir adelante pese a todo. Como Marcela en esta cinta, que tiene un trasfondo difícil aunque se cuenta desde la esperanza. Yo, con todo, continúo teniendo fe en el ser humano...

–En la cinta puede verse que la crisis va unida a un trastoque profundo de los valores morales.
–Estoy de acuerdo contigo, y hay quien está dispuesto a cualquier cosa cuando se remueven.

–Basta con ver algún programa de TV para comprobarlo.
–Cada día descubrimos que esos principios se cambian por fines espurios, por tres minutos de fama... Asistimos al derrumbe de un sistema de valores, del edificio ético que los sustenta. Pienso que es el primer gran desplome de este siglo.

–Sin embargo, la película tiene un tono optimista.
–Bueno, relativamente... Ya te dije que creo en la gente, unos bichos particulares capaces de lo mejor y lo peor. Marcela, una mujer positiva, lucha por la vida y toma las decisiones en su nombre casi hasta el extremo. Ni la muerte puede detenerla. La película habla de los que se quedan, no de los que se van.

–Hay también un sentido del humor casi sin palabras, de gestos.
–Me gusta que te hayas fijado en eso. Es muy sutil, fino, que emana de la situación y no entra de lleno en la comedia negra.

–Qué fuerte: en el fondo, los seres humanos podemos acostumbrarnos a lo que nos echen...
–Sí, hacemos rutina hasta de algo imposible. Nos adaptamos a todo por sobrevivir...