Estreno

Qué tendrá la princesa por Miguel Temprano

La Razón
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Este verano ha sido crucial para Belén Esteban después de tomar una de las decisiones más acertadas desde que se fue de Ambiciones, con Andreíta en un brazo y una bolsa con unas mudas en la otra. «Belén ha petado», dice Toño Sanchís, el «inhumano» capitán que lleva el timón de su destino desde hace unos años. Belén nos deja, se retira temporalmente. Ha decidido por sí misma entrar en talleres. La vida que llevaba, su personaje mediático y el trabajo en «Sálvame» estaban acabando con ella. Yo fui su fotógrafo de cabecera cuando salía con Óscar Lozano. Ellos me eligieron para rentabilizar su relación. Durante casi un año viví a su lado, lo que me da una perspectiva muy real para hablar del personaje y de la persona. Belén es como el doctor Jekyll y Mister Hyde, la misma mujer que a las once de la mañana te comes a besos, a las seis de la tarde la tirarías por la borda. Ella sola se convierte en un personaje divino o se deja caer a los infiernos. Ni Jesulín ni Fran han estado a la altura. Menos aún el deleznable Dani dj, que no sólo no la ayudó en su problema sino que se llegó a aprovechar de ella, de su dinero y de sus contactos. El único que supo ver el problema de Belén fue Óscar Lozano. La cuidó, la vigiló y la apartó de las malas compañías. Belén tiene un problema con el azúcar, con la autoestima y con las amistades. No se ha cuidado como debía en los últimos años. Tras su operación de estética siguió bebiéndose la vida a grandes tragos. Ahora parece que ella misma se ha dado cuenta de que la vida no es ciencia-ficción, no es una película y su título no debería ser «Carmina o revienta», y no me refiero a el Lute.

 

Así se perpetró
Titular: Belén Esteban abandona la televisión.
Al descubierto: La princesa del pueblo no puede más.
Quién gana: Belén, que tras años de excesos decide poner un poco de tranquilidad en su vida y alejarse de los medios de comunicación.