Distribución
Sinergias en la cadena
El consumidor demanda mucha información sobre cuestiones alimentarias que le preocupan o, simplemente, le interesan. Pero hay algo que tiene muy claro sin necesidad de que se lo explique nadie: quiere alimentos seguros y de máxima calidad que respondan a sus necesidades reales. Y todo ello, al mejor precio posible. Habrá quien piense que equilibrar esas variables es complejo; otros, lo verán materialmente inalcanzable. Afortunadamente, esto último no es cierto. En artículos precedentes ya hemos enunciado este paradigma, el «qué», esa triada seguridad/calidad/precio que hay que equilibrar como el consumidor nos lo pide. Asumido ese «qué», es preciso acreditar un «cómo». Desconocemos si existen muchas recetas para ello, pero sí podemos abogar por alguna cuya efectividad vivimos cada dia en nuestro Foro Interalimentario: entender la cadena Agroalimentaria como un todo, del campo a la mesa, integrada por eslabones que, lejos de entrar en competencia, viven en cooperación. Porque eso propicia sinergias, que podríamos explicar con aquella canción con la que Mario Benedetti describía una pareja bien avenida: « ... y en la calle, codo a codo, somos mucho mas que dos». Efectivamente, de la interrelación cómplice entre los eslabones de la cadena se sigue que 1+1 es superior a 2, y que 2x2 es más que 4. Sinergias. De sumación o de multiplicación. Sinergias que redundan en pos de una mayor seguridad alimentaria, que hacen posible la innovación transversal en cualquier fase de la cadena, que permiten alcanzar en los procesos productivos cotas de eficiencia impensables para quien va de «lobo estepario». El equilibrio se alcanza. Todos ganan, empezando por el consumidor. ¡Y la seguridad, por delante!