CRÍTICA DE CINE / «La mosquitera»: La comedia de los errores

Para Agustí Vila la familia es un espacio donde lo anormal se asume como hábito, una institución que busca en el lenguaje de los sinónimos políticamente correctos el escudo tras el que protegerse. Los miembros de esta familia acomodada no pueden evitar quedarse pegados a la mosquitera que los separa del mundo, insectos que quieren comunicarse con el exterior pero a los que les falta el valor para hacerlo. Las palabras nunca son lo que significan: Alicia (Emma Suárez, como ausente) no ha sido violada porque antes accedió a tener relaciones con su amante; Raquel (Anna Ycobalzeta) no maltrata a su hija porque sólo está «nerviosa», Miquel (Eduard Fernández) nunca ha pegado ni pagado a nadie aunque abofetee a un perro y ayude interesadamente a la criada.

Como «Canino», «La mosquitera» es una película sobre las trampas del lenguaje, una comedia de los errores que demuestra hasta qué punto la familia siempre tiende a defender el «status quo», aunque a veces sea tan disfuncional como el que retrata la comida que clausura el filme.

Como «Un banco en el parque», la ópera prima de Vila, «La mosquitera» está escrita al milímetro, y su artificio está calculado para adaptarse a otro artificio, el de una representación de perversiones que despierta una sonrisa congelada en el espectador.