La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y su concejal de Personal, Vicente Igual, pueden sentirse satisfechos. El Ayuntamiento ha firmado el acuerdo para el convenio colectivo sin despidos. Más de 5.000 funcionarios y contratados seguirán con su empleo. Un final extraordinario para los tiempos que corren, especialmente en la Administración.
Una vez más se demuestra que una gestión acertada da sus frutos. En política y en todo. Las medidas de austeridad –recortes se llama ahora- han valido la pena y repercutieron en cuestiones poco frecuentes en las relaciones laborales, como gafas o tratamientos dentales. No haber convocado oposiciones se llama previsión.
Por más que el sindicato de bomberos y policías haya discrepado –según Igual, la regulación de horarios reivindicada por este grupo ya la impugnó la Delegación del Gobierno- el pacto con el resto de organizaciones (CSIF, CCOO, STA y UGT) revela altas cotas de acierto y responsabilidad. De nuevo, Rita ha puesto una pica en Flandes. Ha contado con un eficaz escudero en Vicente Igual. Así es la vida.