Feria de Bilbao
Sopor y escaso contenido en Madrid
Tercer encierro dispar de los Hermanos Lozano
Tarde plomiza en Las Ventas, donde el aceptable juego de algunos de los de Pablo Hermanos, que lidió su tercer encierro del año en Madrid tras el buen juego de Alcurrucén y el sobresaliente de El Cortijillo, no encontró la colaboración de una discreta terna. Tres novilleros curtidos, pero que ofrecieron un gris contraste al buen sabor de boca de Víctor Barrio hace siete días.Abrió plaza Francisco Pajares que no logró acoplarse con el noble primero. Novillo corto en los inicios, pero que se endulzó según avanzó el trasteo hasta tragarse multitud de series sin calado en el tendido. Con el cuarto, res imponente, con hechuras de cuatreño, el extremeño apenas se estiró. El debutante en Las Ventas, Pedro Marín, no tuvo opción ante el reservón segundo, que se orientó muy pronto y buscó siempre al novillero. El quinto sufrió una carnicería en varas y el burel lo acusó en la franela del manchego que frente a él, pese a todo, trazó al natural los muletazos más entonados de la tarde. Tras un tercio de banderillas brillante de David Adalid, Pablo Lechuga no se entendió con el tercero, justo de raza y sin transmisión, al que probó por ambos pitones. En los medios, Lechuga se las vio con el más serio de la corrida y un molesto vendaval, que acompañó toda la tarde. Dos rivales y otros tantos desarmes fueron demasiado lastre para que su labor tuviera lustre.Se lidiaron utreros de Lozano Hermanos, bien presentados, sobre todo el manso 4º, 5º y 6º, de juego dispar, 1º aplaudido en el arrastre. Francisco Pajares, silencio tras aviso y silencio; Pedro Marín, silencio y silencio tras aviso; Pablo Lechuga, silencio y silencio. Menos de un cuarto de entrada.
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