Una mini urbe inteligente dentro de la ciudad

Valdebebas es el mayor proyecto urbanístico en ejecución en Madrid. En estadísticas: una superficie de más de diez millones y medio de metros cuadrados y 12.500 viviendas –el 45 por ciento de ellas de protección oficial– a tiro de piedra de Barajas, la nueva Ciudad Deportiva del Real Madrid y el parque ferial Ifema. Sobre el plano, la gran diferencia con respecto a otros desarrollos: un modelo de urbanismo post-burbuja o en palabras de David Martínez, «con el objetivo de hacer ciudad». La realidad es que la idea supera, cuanto menos sobre el papel, viejos y conocidos modelos de planificación como los recientes del municipio madrileño, grandes y enormes mancomunidades cerradas, que han dejado poco sitio y tardío a espacios comunes, comercios y comunicaciones con la ciudad; «han creado guetos», explica Martínez.
Quizá porque el perfil de esta mini urbe ha sido independiente de las grandes constructoras. Los 400 propietarios del terreno decidieron unirse y crear un equipo de trabajo ad hoc. Una gestora original que se propuso, desde el primer momento, considerar a las personas que deciden comprar una casa como ciudadanos integrales, consumidores, deportistas, peatones e individuos conectados al mundo... La edificabilidad en altura, para asegurar una menor ocupación del terreno, se concentra de esta manera en una zona, liberando un 50 por ciento de los terrenos programados con el fin de instalar un gran parque forestal de árboles autóctonos. Una concesión a la naturaleza madrileña, muy alejada de los jardines ingleses tan de moda en otros residenciales «más nobles».

Sin arena
Incluso entre casa y casa se ha tenido especial cuidado; se trata de una ciudad sostenible, lo que es sinónimos de inteligente. Para las calles estrechas se han elegido árboles resistentes que no necesitan mucho sol para crecer. «No ha entrado ni salido ningún camión con arena», es decir, que se ha reutilizado toda la arena que se sacaba durante la ejecución de la obra en las áreas necesarias. El riego se realiza con aguas regeneradas, que llegan hasta el punto más alto de Valdebebas y se distribuyen gracias a la ley de la gravedad. Los pavimentos absorbentes de ruidos para las calzadas, las luminarias de bajo consumo, los baldosines hidráulicos que permiten levantar el suelo para hacer reparaciones sin tener que romper nada, un segunda red de suministro para telecomunicaciones o las conexiones con la ciudad (la primera de ellas la red de cercanías prevista para 2011) son sólo algunas muestras de hasta dónde se puede cuidar el detalle para que se genere vida de calidad en los nuevos barrios.
Las futuras viviendas tendrán un precio entre los 2.000 euros por m2 (protección oficial) a 4.000 euros, las libres. De momento no hay nadie viviendo allí pero el interés que ha despertado es tal que la Junta espera una ocupación de 4.000 familias los próximos dos años.