madrid- No hay más remedio que acatar las decisiones de la Justicia. Ahora bien, nada ni nadie puede evitar que el desencanto se haya apoderado de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022. «Es una decepción tremenda. Una gran desesperación para muchos padres y madres. Y una frustración para los miembros de esta asociación», asegura a LA RAZÓN José Pablo Flores, superviviente del siniestro y miembro de este colectivo. «Hemos trabajado incansablemente estos últimos cuatro años, hemos invertido dinero en peritos... Y todo para saber la verdad y, sobre todo, que no vuelva a suceder», afirma. La asociación cree «que no vale con echarle la culpa al muerto». No en vano, la sentencia «crea un antes y un después»: «¿El mensaje? No pasa nada si se cae un avión: la culpa será del comandante». Así, quedan cabos sueltos, como «los 45 minutos que tardaron en llegar los servicios de asistencia sanitaria», la labor de mantenimiento –ahora eximida de responsabilidad– o el papel de Boeing, «a la que hemos hecho múltiples requerimientos». Así, la conclusión es que «nos sentimos como ciudadanos de quinta categoría. Tras cuatro años aportando peritajes, nos han cerrado las puertas». Con todo, la asociación seguirá trabajando con las autoridades para mejorar la asistencia a víctimas de accidentes.

Los técnicos
Una decisión aplaudida
La Asociación de Técnicos de Mantenimiento (Asetma) celebró ayer la decisión de archivar la imputación de dos mecánicos de Spanair por el accidente ocurrido en el aeropuerto madrileño de Barajas en agosto de 2008. En su opinión, esto demuestra que «nunca tuvieron nada que ver» y que su actuación no fue la causa del accidente. «Era inconcedible que se siguiera acusando a los dos técnicos», dijo ayer Antonio Lora, responsable del sindicato.

Los pilotos
«es un nuevo fracaso»
Para el Colegio de Pilotos, el archivo de la causa penal por el accidente de Spanair constituye un «nuevo fracaso para la seguridad aérea». En un comunicado, aseguran que cargar toda la responsabilidad sobre los pilotos equivale a «no querer indagar en la cadena de responsabilidades y malas prácticas». El organismo lamenta que la muerte de 154 personas no haya servido «para que se adopten medidas» para corregir las deficiencias en seguridad.