Oslo
Colombia aguarda la paz
Las FARC y el Gobierno de Santos inician desde mañana en Oslo un plan para acabar con 50 años de violencia
MADRID- Los líderes del grupo terrorista más antiguo de Colombia, las FARC, se sientan a partir de esta semana junto con los representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos para negociar una paz definitiva. En los años ochenta (1982-1986, con Belisario Betancur de presidente) y en los noventa (1998-2002, con Andrés Pastrana al frente del país) hubo dos intentos sin éxito.
En esta ocasión, las FARC llegan a la mesa de negociación con escaso apoyo social y después de haber sufrido importantes bajas en los últimos años que han debilitado sobremanera al grupo terrorista. En una década, la guerrilla ha disminuido de 20.000 efectivos a 8.500. Una de las singularidades del proceso es que se llevará a cabo mientras la guerra contra los terroristas sigue su curso. De hecho, durante las últimas semanas las fuerzas de seguridad colombianas han abatido a varios terroristas. El presidente Santos ha insistido en que no habrá tregua y ha asegurado que tanto Venezuela como Cuba serán dos actores garantes en el proceso de paz, al que en Colombia muchos esperan que se sume el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El anuncio del proceso de paz aumentó la popularidad del presidente Santos. Según las encuestas, más del 80% de la población está a favor del inicio del diálogo después de casi cincuenta años de enfrentamientos y miles de muertos entre la población civil. Entre las voces discordantes está la del ex presidente colombiano Álvaro Úribe, partidario de una política de mano dura con la guerrilla.
Los equipos negociadores de ambas partes comenzarán la ronda de contactos a partir del miércoles en Oslo, pero será en Cuba, probablemente a finales de mes, cuando comenzarán a entrar en detalle. Por parte de las FARC, se ha elegido a guerrilleros históricos, entre ellos el preso Ricardo Ovidio, que cumple una pena de 60 años de cárcel en Estados Unidos por secuestro. Entre todos ellos, el que guarda un perfil con más altura es Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», que llegó a ocupar un asiento en la Cámara Baja y que está considerado el número dos de «Timochenko», el actual líder de las FARC tras la muerte de Alfonso Cano. Por parte del Gobierno, la persona que carga con el protagonismo es Humberto de la Calle, vicepresidente del país a mediados de los noventa, que estará acompañado por el que fuera máximo dirigente policial Óscar Naranjo, artífice de algunas de los operaciones más sonadas contra la guerrilla, y por Sergio Jaramillo, asesor de Santos en materia de seguridad, entre otros.
El Gobierno quiere ser cauteloso ante un posible éxito en la negociación. En esta ocasión hay un gran optimismo tanto dentro como fuera del país. Los expertos en el conflicto consideran que las FARC tienen poca fuerza a nivel político, toda vez que otros grupos de la izquierda revolucionaria han llegado al poder a través de las urnas.
Una guerrilla diezmada
Uno de los momentos más importantes para las FARC fue en los años ochenta, cuando logró sumar 20.000 combatientes y controlar zonas claves del territorio nacional. Entre finales de los años noventa y mediados de la década llegaron a secuestrar a unas 3.000 personas. En 2008, la guerrilla perdió a su fundador, «Manuel Marulanda» o «Tirofijo», fallecido por una insuficiencia cardiaca; y su número dos, «Raúl Reyes», muerto en un operativo militar en Ecuador. Con Juan Manuel Santos en el poder cayó el jefe militar de las FARC, «Mono Jojoy».
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