Barcelona- Los técnicos investigan por qué el edificio número 16 de la calle Tallada ubicado en pleno centro histórico de Lleida se derrumbó ayer minutos antes de las 10.00 horas, aunque al parecer, el pasado jueves, empezaron a aparecer grietas en las paredes y estas empezaron a moverse, según uno de los vecinos. En el inmueble, que quedó completamente destruido, vivían unas diez personas distribuidas en tres pisos. En la parte de abajo, estaba instalada un tienda de ropa. De hecho, la rápida reacción del propietario del establecimiento evitó una tragedia. Afortunadamente, sólo se produjeron daños materiales. Dos personas, una mujer de 29 años y un hombre de 45, quedaron atrapados por los escombros aproximadamente una hora, pero fueron rescatados sanos y salvos por los Bomberos de la Generalitat. Sufrieron politraumatismos leves y fueron trasladados al Hospital Arnau De vilanova de Lleida de donde ambos ya habían dados de alta por la tarde. El resto de vecinos, alertados por el dueño de la tienda mediante el portero automático consiguieron salir del edificio antes de que se fuera el suelo. Al parecer, el mismo había visto aparecer grietas en las paredes y cómo estas se movían. «Todo será investigado», señaló ayer el alcalde de Lleida, Àngel Ros y añadió «se llevarán a cabo todas las acciones penales que haga falta». Y es que, uno de los edificios colindantes al que ayer se fue al suelo, fue derrumbado meses antes. Al parecer, el propietario del solar certificó al Consistorio ilerdense que los trabajos se demolición no habían afectado a la estructura del resto de edificos. Los Mossos d'Esquadra desalojaron las fincas número 7, 9, 11 y 13 de la calle Murcia dado el intenso polvo que provocaron los escombros, así como los número 10 y 20 de la calle Tallada, aunque sólo este último edificio podría estar afectado.