Artistas
Romina Belluscio la maternidad ante todo por Jesús Mariñas
La presentadora y modelo, embarazada de cinco meses, deja la televisión y descansa en Formentera con Guti
No se habla de otra cosa que diría, o aún dice, maestro Anson: lo mismo asombra la fuerza estética de Sara Baras estrenando «La pepa» en una Gran Vía a la que cuesta acercarse porque es sucursal sahariana, que redescubrir a Nati Mistral ante doce hombres sin-vergüenza. Gran momentazo en Intereconomía, donde la actriz no sólo exhibió calidad artística al recitar a Calderón o Lope, también dio un repaso al panorama escénico actual «donde no se les oye porque musitan buscando naturalidad». Habló de Pilar Bardem «que se limita a seguir el apellido» y no sólo dijo que no existe el amor con el refuerzo poético de Lope – «quien le conoció lo sabe»–, sino que de Sor Juana Inés de la Cruz aseguró que era española. Provocó polémica, ¿no había nacido en México como recoge Octavio Paz? Pero entonces era provincia española, que figura como Nuevo México en el sevillano Archivo de Indias. Atiborran los blogs, van de mano en mano y todos quieren tenerla por lo que supone de desmitificación como Sara Baras. Con el público en pie, hace su nuevo alarde bailaor compartido por José Serrano y cantaores como Emilio Florida, Manuel Muñoz y Saúl Quirós. Su homenaje a La Pepa fue promovido por la alcaldesa Teófila Martínez, y Cádiz con su Bbmilenario tiene más reflejo en cantes de ida y vuelta como la guajira, soleás por bulería, valses y tanguillos. En ellos se encuentra el liberal ambiente decimonónico de las Cortes de Cádiz, que nadie glosó como José María Pemán en «Cuando las Cortes de Cádiz» o «Lola la piconera». No pasará a la historia como la escenografía sombría y desentonada de este nuevo espectáculo de Sara. Apenas se ve o percibe tal es la luminosidad comunicadora de la bailaora. Hay que verla y rendirse, otra cosa es que produzca éxtasis. Lo recomiendo como lección de infrecuente buen baile igual que la charla con Nati Mistral, que regresa con las pilas y la mala leche recargadas. Es como la Bocca della Verità, y en Intereconomía lo presentan «Nati como un torrente». Temas imposibles de recelos como el «bikinazo» de Romina Belluscio supuestamente embarazada de cinco meses, aunque cueste creerlo tal es su figura navegando por Formentera, donde se han unido a los hijos de Guti que veranean al lado de los abuelos. Renunció a colaborar en «Espejo público» preocupada por la maternidad. No deja ninguna huella profesional salvo sus largas piernas siempre magnificadas con minis. Prefiere el amor a la profesión, en contradicción con lo que decía de que «nunca dejaré la tele». Le bastó la oportunidad para irse sin decir ni adiós. Pocos la añorarán.
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