El Sevilla revive con Negredo

Álvaro Negredo empieza a justificar los 14 millones invertidos en su día por Del Nido. Manzano ha logrado recuperar al vallecano y sus goles ya otorgan puntos vitales para el Sevilla. Ayer, saliendo en la segunda parte, desatascó en el primer balón que tocó un partido vital para las aspiraciones europeas nervionenses y que el Valencia tenía controlado pese a la rigurosa expulsión de Topal mediado el primer periodo. Emery, por su parte, suma 4 jornadas sin ganar y sigue sin arañar a sus rivales directos a domicilio.

Eso sí, en igualdad de condiciones, el Valencia aguantó el chaparrón inicial sevillista. Más fuegos de artificio que otra cosa. Pasado el cuarto de hora ya se sentía cómodo en Nervión, mucho mejor que en Mestalla, y merodeaba el área de Javi Varas, titular de nuevo. El corazón le pedía a Palop forzar y reaparecer, pero estaba cantado que el valenciano no superaría la prueba previa al partido.

El planteamiento de Emery lo derrumbó Iturralde instantes después. El colegiado vasco expulsó con roja directa al turco Mehmet Topal guiándose más por la aparatosidad de la caída de Martín Cáceres que por la gravedad de su fea entrada. No se había llegado al minuto 25 de partido.

En superioridad numérica, el Sevilla cercó a base de centros intrascendentes la portería del César, que pese a resentirse de una lesión muscular aguantó sobre el campo hasta el descanso. El Valencia no quería que hubiese fútbol y entre interrupciones y el previsible juego local el marcador no se movió. David Navarro y Ricardo Costa tenían bien atados a Luis Fabiano y Kanouté. Con eso bastaba para conservar el punto.

La salida de Guaita por César en la reanudación estaba cantada. También que el Sevilla apretaría de lo lindo en busca del gol y que dejaría huecos. De hecho, el primer cambio fue significativo: Negredo por Romaric. Y el resultado, inmediato. El primer balón que tocó el vallecano, un rechace de Guaita, acabó en gol. Martín Cáceres había aprovechado la autopista por el centro y rematado con intención desde la frontal.

Manzano se inventó a Kanouté como mediocentro y el juego del Sevilla lo agradeció. Luis Fabiano rozó el segundo, pero el larguero repelió el balón. Pese a todo, el Valencia no le perdió la cara al partido, buscó el empate en todo momento y sólo desistió cuando una perfecta apertura a la banda de Kanouté permitió a Dabo poner un centro perfecto que Alejandro Alfaro, recién entrado en el campo, cabeceó a placer para marcar el segundo. Manzano ha construido un fortín: Nervión.