Salamanca
Las dos Españas
Tardo en dormirme, siempre fui ave nocturna. Enciendo la televisión y veo a un señor calvo de mi edad con una cresta azul en mitad de la cabeza. Defiende como baila Belén Esteba. Habla de ella como si fuera el Che Guevara, la revolución obrera. El poder, encarnado en el jurado de baile, la ataca. El pueblo se revela. La Esteban está muy enfadada, no entiendo por qué, pero parece llevar un cabreo monumental.Aparece otra señora con aire pijo, muy elegante, que se llama Carmen Lomana. Se deshace en elogios al jurado, encaja bien las críticas. Dice el señor calvo de la cresta que la votan los del barrio de Salamanca y que va a perder porque el pueblo no está con ella. La defiende Boris Izaguirre, inteligente exponente de la nueva «gauche divine». Apoya con ardor el glamour lomanista.No entiendo de qué va este programa, pero deduzco que las dos Españas están enfrentadas en una pista de baile. Me entero que hay otra señora que es llamada Edurne y que baila muy bien, pero no cuenta para nada. Cada cual ha tomado partido con la Estaban o con la Lomana. Aparece otra señora con plumas y el señor calvo de la cresta sigue a lo suyo. La Esteban continua enfadada y Lomana reparte elogios. Al día siguiente, Zapatero anuncia unas medidas dictadas por Obama. Esto se pone muy feo. Muere mi admirado Antonio Ozores, sin lugar a dudas el más inteligente y comprensible de todos los personajes de este artículo.
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