La visión californiana a la valenciana

Valencia-California y la Comunitat Valenciana tienen algo más que un clima parecido. Comparten una visión urbanística muy similar y han articulado una estrategia prácticamente idéntica para afrontar los retos del futuro.

California ha desarrollado su propia hoja de ruta con el documento «Vision California»- con objetivos que deben desarrollarse con la vista puesta en 2050- y la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana (ETCV)- con horizonte 2030.

La base de ambos documentos defiende que el modelo territorial es la clave de la sostenibilidad del futuro, pero no sólo en términos medioambientales, sino también en el aspecto económico.

Con un patrón urbanístico mediterráneo, que se caracteriza por promover la creación de ciudades compactas, los consumos de agua, energía e infraestructuras son mucho menores. Si a este modelo se la añade la creación de una potente infraestructura verde, los beneficios son mayores.

En esta filosofía se mueven los planes mencionados anteriormente tanto de la Comunitat Valenciana como de California. Este estado americano propone que en el futuro el 35 por ciento de la construcción se produzca exclusivamente rehabilitando las edificaciones ya existentes, el 55 por ciento en desarrollos de ensanche, es decir, continuos a los núcleos urbanos y sólo el diez por ciento queda como nuevos suelos.

La Estrategia Territorial de la Comunitat, elaborada desde la ahora Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, contempla porcentajes similares. El 30 por ciento para rehabilitación de los edificios, el 60 por ciento para construcciones en ensanche y el diez para suelo disperso.

Esta estructura urbana, unida a la creación de una infraestructura verde, consigue reducir el consumo de agua y el de energía.

La infraestructura verde tiene como finalidad la conexión de espacios libres de vehículos. En el ámbito de la Comunitat se entiende como la creación de una malla que conecte los espacios naturales del territorio y en una ciudad, la meta es conseguir que haya suficientes bulevares o parques para que el ciudadano pueda realizar la mayoría de sus desplazamientos por estos lugares, y así favorecer la utilización de vehículos no motorizados.

Los objetivos marcados tanto por la ETCV como por la California Vision son muy ambiciosos. En consumos de agua, ambos documentos establecen una reducción del diez por ciento. En el caso de la Comunitat, se quiere conseguir que para 2030 se reutilice del 75 al 80 por ciento de las aguas depuradas.

Con respecto al transporte, California preve reducir un 20 por ciento los viajes y en la Comunitat que la mitad de los desplazamientos sea en transporte público. La reducción de emisiones alcanzaría el 30 por ciento.

El ejemplo de California
California se declaró en quiebra en el año 2009. Entre los anuncios más dramáticos que tuvo que realizar se encuentra la suspensión de pagos por valor de 3.700 millones de euros que adeudaba a los californianos en concepto de impuestos, subvenciones y becas. Ahora, las cifras son otras bien distintas. En Baja California la economía creció el primer trimestre de 2011 un 4,4 por ciento. Entre las medidas más innovadoras se encuentra su plan territorial llamado «Vision California».