Turquía
Marlaska archiva la investigación sobre la supuesta contratación irregular del Yak-42
Concluye que la actuación de los altos mandos militares no fue imprudente
La Audiencia Nacional ha decidido archivar, por segunda vez en los últimos cinco años, la investigación sobre las irregularidades en la contratación del Yak-42 que se estrelló en Trabzon (Turquía) el 26 de mayo de 2003, un accidente en el que murieron 62 militares españoles. Este mismo tribunal ya condenó a tres años de prisión, en mayo de 2009, al general Vicente Navarro, ya fallecido, y a un año y medio de cárcel a los oficiales José Ramírez y Miguel Sáez por la incorrecta identificación de 30 de los fallecidos. El juez Fernando Grande-Marlaska considera que el siniestro se produjo por la «falta de preparación de la tripulación para aterrizar en aeropuertos como el de Trabzon», unida «a la razonable fatiga, consecuencia de las horas y circunstancias de los vuelos».
En su opinión «no fueron las circunstancias relativas al estado y mantenimiento de la aeronave las causas, ni directas ni indirectas, del siniestro, sino la preparación concreta de la tripulación» para maniobrar en un aeródromo de esas características. En consecuencia, el magistrado concluye que ninguno de los seis altos mandos militares imputados –entre ellos el ex jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Antonio Moreno Barberá, y el jefe del Estado Mayor Conjunto (Jemacon), general de División Juan Luis Ibarreta– tiene responsabilidad penal alguna en el accidente. Y es que según él, de las diligencias practicadas no se desprende dato objetivo alguno «que infiera una mínima duda» sobre una «hipotética» responsabilidad penal de los militares.
Con esta decisión, Grande-Marlaska hace oídos sordos a la petición de la Fiscalía y de los familiares de los fallecidos, que instaron al instructor a sentar en el banquillo a los seis militares por homicidio imprudente. Estos últimos ya han anunciado que recurrirán la resolución.
El juez explica que, tras cuatro horas y media de vuelo bajo condiciones meteorológicas adversas, el «cansancio y el estrés» hicieron mella en la tripulación, que valorando «inadecuadamente la realidad», dirigió la aeronave hacia la zona sur del aeropuerto de Trabzon, «espacio aéreo prohibido» por la difícil orografía de la zona. Una circunstancia, añade Grande-Marlaska, que «no se estima exigible» a los militares imputados.
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