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Ruz vs Garzón por Bruno Aguilera-Barchet

La Razón
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El impacto mediático de los procesos y destitución del ex juez estrella Baltasar Garzón ha hecho pasar a un segundo plano un hecho trascendental: que Garzón, era técnicamente un juez mediocre tirando a regular. Básicamente porque la mayor parte de sus energías las dedicaba a salir en los papeles. Como el Juez Bermúdez que presidió el proceso del 11 M cuya mujer, nada más dictarse la sentencia aprovechó la coyuntura para publicar un suculento libro en el que contaba las intimidades del procedimiento que conocía por su marido. Sin respeto alguno por los miles de víctimas de aquella atrocidad. La ciudadanía, está más que harta de los jueces estrella, y quiere magistrados rigurosos, y sobre todo independientes, que hagan su trabajo de modo impecable, sin alaracas. Uno de estos jueces es Pablo Ruz, que desde junio de 2010 ocupa provisionalmente, por elección unánime de la Comisión Permanente del CGPJ, el puesto de Garzón. Un juez tranquilo que metió en la cárcel a Juan Antonio Roca y desmontó la mafia urbanística del Ayuntamiento marbellí. Que se atrevió a procesar a la cúpula de interior en el Caso Faisán y que no arroja la toalla a pesar de que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional revocase su decisión. Un juez excelente que sin embargo tiene un grave defecto: ser joven. Por eso a sus 35 años es muy poco probable que pueda reemplazar a Garzón al frente del Juzgado Central de Instrucción nº 5. Simplemente porque esta plaza se cubre por rigurosa antigüedad. Un criterio obsoleto que nos priva de un buen juez en un puesto clave. Otra norma que debería revisarse.

Bruno Aguilera-Barchet
Catedrático de la URJC