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Fusión de fallas opción anticrisis
Valencia recomienda a las Comisiones unir fuerzas y presupuestos para no desaparecer. El monumento sería mejor y las molestias, menores
Valencia- Que el mundo fallero no escapa de la crisis es evidente, así que lo que ahora se busca es la salida a las penurias económicas que amenazan a más de una Comisión. El Ayuntamiento de Valencia tiene una solución, al menos temporal. «En las circunstancias actuales muchas fallas deberían reflexionar y darse cuenta de que la fusión es una buena alternativa». Lo dice el que fue durante muchos años presidente de la Junta Central Fallera (JCF), Félix Crespo, actual concejal de Coordinación Jurídica.
«Si se unen, podrían descargar problemas financieros y evitarían convertir la fiesta en un sufrimiento y una asfixia». Asimismo, considera que, al sumar presupuestos, se mejorarían los monumentos y, además, rebajarían las molestias a los vecinos al reducir el número de carpas y cortes de calles.
Esa reflexión topa, no obstante, con el «carácter proteccionista» del fallero que, a juicio de Crespo, defiende «su» Comisión, «su» entorno de calle y «su» nombre en la falla. «Pero hay que buscar un punto de equilibrio».
Según el edil, la unión no implica necesariamente la desaparición del nombre de la falla -«podrían poner el nombre de la calle que comparten»- y ubicarla cada año en una de las esquinas comunes.
De igual modo, la fusión conllevaría la creación de un casal común, «bien acondicionado, con más metros», y cuyos gastos se repartirían más fácilmente.
¿Funcionaría? «Ya ha habido algún caso», comenta Crespo, quien recuerda que ya se han acordado «mascletaes» comunes para este año y se han negociado compartir salas para la celebración de actos falleros, con horarios de tarde y noche, con lo que se dividen los gastos de alquiler y decoración del local.
«Lo he dicho en más de una ocasión, y siendo presidente de la JCF. La alcaldesa se ha hecho eco también de esta idea, pero nos hemos topado con el carácter tradicional de las fallas (...) Parece que tienen una dosis de romanticismo que en muchos casos apenas se sustenta».
Sin falleras mayores
Ser Fallera Mayor supone un gasto que cada vez menos mujeres se pueden permitir. Las Comisiones están encontrando dificultades para hallar candidatas, «y eso les duele». La fusión de fallas podría acabar con este problema.