Málaga
Un infierno de pisito
Si «Casual Day», el anterior trabajo de Max Lemcke, miraba de reojo a «Smoking room» y aquellos diálogos hiperrealistas, «Cinco metros cuadrados» podría haberse fijado en la serie «Crematorio», que ha encumbrado a Pepe Sancho como el rey de la especulación inmobiliaria televisiva, pero no, el filme explica en un par de diálogos cómo soplaron los políticos y los constructores para alzar la burbuja inmobiliaria y cómo luego se les vino encima
El guión dibuja los meandros de una pareja tan avispada como cualquier otra que tenía claro que comprar una casa no era tan buen negocio, pero que cedieron a la presión social y rompieron la hucha para dar la entrada en una urbanización que se construía sobre tierra protegida por Medio Ambiente frente al mar.
Ira ciega
La desesperación va ahogando al protagonista (Fernando Tejero), que en su empeño por recuperar lo que es suyo, o al menos lo invertido, se ciega por la ira: «Es un héroe anónimo que busca un hogar sin grandes lujos, lo que se convierte en un infierno. Se trata de un perdedor moderno que nos sirve de símbolo en estos tiempos de confusión», confirma el director, que no teme confesar que busca la redención de este individuo, que como casi todo el mundo no leyó la letra pequeña de su contrato con la constructora.
Sufre con él, igual que otras veces ha reído, Malena Alterio, su ya pareja de hecho profesional, aunque aquí ambos emprenden un camino hacia el drama que pasa, inevitablemente por la contención.
Lemcke los eligió porque sus físicos contribuyen a «representar al español medio». Quería recoger la tradición azconiana y berlanguiana de emplear a los cómicos en episodios trágicos y, en ocasiones, tanto el guión como las interpretaciones logran una angustiosa identificación del espectador con los protagonistas, pero el realizador tampoco oculta que le dio cierto miedo este cambio de registro de una pareja tan abocada a la comedia. Pero más que Fernando Tejero, el que tenía ayer revolucionadas a las fans era Hugo Silva, quien, junto a Álex Barahona, Adriana Ugarte y Rubén Sanz presentaron el rodaje de «Lo contrario al amor», la ópera prima de Vicente Villanueva, autor de cortos como «Heterosexuales y casados» y «El futuro está en el porno». «Es una película de bomberos guapos que pretende hacer una radiografía del proceso de enamoramiento», resumió el realizador sobre esta cinta producida por Francisco Ramos (responsable del filme «Tres metros sobre el cielo») y que se terminará de rodar la próxima semana.
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