Barcelona
La batalla por controlar el PSC se desata sin esperar a las generales
La batalla por controlar el PSC va cobrando la forma esperada. El alcalde de Lleida, Àngel Ros, se ha sumado a la lista de aspirantes que estrenó el obiolista Joan Ignasi Elena (ex alcalde de Vilanova i la Geltrú) para tomar el relevo de José Montilla como primer secretario de los socialistas catalanes. Ahora el gran interrogante que queda por despejar es saber si Miquel Iceta también piensa dar un paso adelante, aunque para saberlo habrá que esperar todavía varias semanas.
Iceta no quiere precipitarse porque hay unas elecciones generales a la vista y no quiere aparcar sus funciones como viceprimer secretario del PSC en este momento para centrarse en actuar como candidato a líder del partido. El dirigente socialista conocía las intenciones de Ros de formalizar su candidatura, pero esto no varía sus planes. Iceta va a seguir tomando el pulso a las agrupaciones del PSC, participando en los debates precongresuales, pero, sobre todo, va a continuar trabajando en la precampaña de unas complicadísimas elecciones generales para su partido.
Todo apunta a que el viceprimer secretario del PSC acabará por ser uno de los candidatos a líder del partido, pero mientras no toma la decisión definitiva, Iceta sigue midiendo los tiempos y las fuerzas. No hay que descartar que haya un cuarto candidato, que podría ser el alcalde de Terrassa, Pere Navarro. En todo caso, el gran favorito de esta hipotética lista sería Iceta porque tiene más ascendencia sobre las federaciones de Barcelona (a pesar de que esta inmersa en una fase un tanto caótica) y el Baix Llobregat. Su gran inconveniente –y, probablemente, el hecho que más atormenta a Iceta– es que uno de los hombres más destacados de la dirección que hasta ahora ha encabezado José Montilla.
A Ros no le gustaría dar lugar a una batalla fratricida en el partido porque su deseo es encabezar una candidatura unitaria y de consenso, incluyendo a figuras como Iceta y al secretario de Organización, José Zaragoza. Pero es posible que no haya otro remedio. Nadie en el partido desprecia la valía de Ros, pero existen dudas en algunos sectores sobre su perfil ideológico. Hay sectores que defienden que el PSC haga un viraje más a la izquierda y no ven al alcalde de Lleida como el hombre propicio para hacerlo, ya que su espíritu es adoptar posturas más moderadas. En este terreno, Iceta le saca ventaja.
Los catalanistas
La candidatura de Ros es, sobre todo, un proyecto atractivo para los sectores más catalanistas del PSC, tal y como se demostró ayer cuando Pasqual Maragall le dio respaldo. Pero el que parecía uno de los grandes debates del congreso, la articulación de la relación entre PSC y PSOE, ya está prácticamente resuelto –los socialistas catalanes seguirán integrados en la disciplina del PSOE, pero se reservarán la posibilidad de desmarcarse en temas cruciales para Cataluña–, así que la gran cuestión es quién toma el timón y cuál es el modelo de partido.
Ayer, el alcalde de Lleida opinó que es «muy posible y razonable» que Iceta termine dando el paso, pero insistió en que «en ningún caso» sería para él un problema integrarse en una misma candidatura. Ros elogió la figura del viceprimer secretario del PSC y negó que hayan explorado la posibilidad de repartirse los principales cargos: la dirección del partido y la candidatura a la presidencia de la Generalitat.
La aspiración (inconfesable, de momento) de Ros es convertirse en candidato a president, pero, como él mismo recordó, habrá que hacer primarias.
3 MODELOS DE PARTIDO
1/ Bicefalia
Es el modelo que practicó el PSC con José Montilla como primer secretario y Pasqual Maragall como candidato a la presidencia de la Generalitat. Miquel Iceta no vería con malos ojos reproducir este esquema con diferentes protagonistas porque, al fin y al cabo, es el que mejores resultados ha dado en toda la historia a los socialistas catalanes.
2/ Líder y candidato
Otra opción, más clásica, es la de que el primer secretario del PSC sea también el candidato a las elecciones catalanas. De hecho, es el sistema que siempre ha habido en el PSOE y el que ha practicado en las dos últimas convocatorias José Montilla. La presidencia del partido, en manos de Isidre Molas, tiene un carácter más bien simbólico y representativo.
3/ Dos líderes y un candidato
Una tercera ocpión es conceder poderes ejecutivos al presidente del partido aunque el primer secretario seguiría siendo la figura más relevante de la dirección. Uno de estos dos líderes sería, a su vez, el candidato a la presidencia de la Generalitat. Este es uno de los modelos que tiene en mente el alcalde de Lleida, Àngel Ros, aunque todavía desconoce su viabilidad.
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