
Opinión
La Yoli, vicetiple cuántica
Puede abrazar y apuñalar a la vez, besar y morder al mismo tiempo, o sea, hoy te quiero más que ayer, pero mañana ya veremos

Me imagino que vieron la espléndida y emotiva imagen de Marisú y la Yoli posando fuerte y efusivamente abrazadas, caritas juntas, pechito con pechito, muy sonrientes, en la presentación de una cosa de TVE. Viendo la foto, parece imposible que en el fondo y a veces en la forma se lleven a matar, dicen que a punto de tirarse de los pelos en los pasillos de Moncloa o en los salones privados del Congreso, como si Marisú fuera ahora una versión tardocapitalista con espumita liberal y la Yoli, algo así como la Madre Teresa de todos los descamisados que no admite ni la rebaja de un euro en el nuevo salario mínimo interprofesional por culpa culpita del IRPF. La explicación está en el efecto que el Apolo de la Moncloa contagia a todo su Gobierno y aledaños: sus singularidades cuánticas llegan hasta el infinito y más allá.
Sabido es que Él viaja en Falcon por su metaverso y, como el gato de Schrödinger, puede estar vivo y muerto a la vez, puede hacer y decir una cosa y su contraria a la vez, puede existir en dos lugares políticos y más a la vez, como algunas partículas según explica la mecánica cuántica, gracias a la cual puede estar con España y contra España al mismo tiempo.

Pues bien: la Yoli del apasionado abrazo a Marisú es totalmente cuántica, puede abrazar y apuñalar a la vez, besar y morder al mismo tiempo, o sea, hoy te quiero más que ayer, pero mañana ya veremos. Si la Yoli quisiera hacer un discurso científico (no lo hace por no parecer marisabidilla, por acercamiento al pueblo), podría decir que ella es la gata de Schrödinger: está viva y muerta a un tiempo y puede ronronear y arañar simultáneamente. Queda menos para el abrazo con la Belarra, ya verán.
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