Opinión
Los sábados de Lomana: "Los españoles, siempre con Valencia"
Hay que depurar responsabilidades y que paguen como mínimo con su dimisión toda la ineficacia, y a veces también pienso que mala fe
Nos pilló con el paso cambiado. No era posible la magnitud de lo que estaba ocurriendo en Valencia. Nos sobrecogió a todos. Sentí la desolación de mis queridas gentes valencianas. Este tsunami, DANA, gota fría o como se quiera denominar ha arrasado vidas, casas, pueblos enteros ante la incompetencia e inacción de las autoridades. No es el cambio climático, sino dejadez humana, que ha devuelto el agua a su cauce.
Lo ocurrido en Valencia ante una emergencia nacional que urgía salvar vidas por encima de cualquier otra cosa ha constatado el fracaso de las autonomías y la desvergüenza del presidente del Gobierno con esa frase que pasará a la historia: «Si necesitan algo, que lo pidan». El Rey, como capitán general de los ejércitos, ante la inacción debería haberse impuesto y enviar unidades del Ejército con material y maquinaria adecuada para coordinar en un solo mando el salvamento. Ya es demasiado tarde para lamentaciones.
La situación ahora sigue siendo inconcebible, con montones de basura y desechos que producen un olor a muerte, ratas que campan por ahí y pueden desatar infecciones y enfermedades.
Ante todo este horror, ha habido una enorme entrega y solidaridad de los españoles. Se están dejando la piel quitando el barro y ayudando. En mi pequeña aportación, hemos enviado contenedores con cientos de botas de goma… Lo que nos han pedido: guantes, lejía y otros productos imprescindibles. También comida de niños, potitos, pañales…
¿No se les caerán la cara de vergüenza (suponiendo que la tengan) a nuestros gobernantes? El espectáculo que dio nuestro presidente Sánchez, huyendo en volandas con la cara agachada demostrando su cobardía y dándose de bruces una vez más con el rechazo del pueblo abandonado, fue patético. Como siempre, justificó con relatos mentirosos acusando a los voluntarios que llevaban días limpiando de ser de ultraderecha. Y aunque hubiesen sido, ¿seguimos clasificando a las personas ante semejante catástrofe por sus ideas políticas? Eran voluntarios, seres humanos dándolo todo por sus compatriotas, algo que él no supo ni quiso hacer. Es difícil vivir y desarrollarse intelectualmente en un país donde pretenden imponer el pensamiento único y la ignorancia. Cualquier disidencia ya es calificada de fascismo.
El Rey aguantó con la Reina, resistiendo una situación muy desagradable, emocionándose ante las personas desesperadas que pedían ayuda. La conmiseración y empatía está bien, pero no devuelve vidas. Las obras para evitar lo ocurrido en el fatídico Barranco del Poyo llevan 15 años bloqueadas, pese al riesgo sobre varios municipios. Estas obras de soterramiento, más baratas que las acometidas por Franco en 1957, habrían evitado, como lleva advirtiendo la Confederación Hidrografica del Júcar desde 2009, muchas muertes y millones. El último proyecto lo frenó Ximo Puig, habría que preguntarle por qué.
Tengo muy claro que esto no puede quedar así. Hay que depurar responsabilidades y que paguen como mínimo con su dimisión toda la ineficacia, y a veces también pienso que mala fe. Desde aquí mi apoyo incondicional a los valencianos. Escuché cantar el himno de Valencia en un descanso del trabajo y las lágrimas de emoción fueron inevitables. Las gentes de España estámos con vosotros a muerte. ¡Visca Valencia!
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