Traspaso de Cartera
Miquel Iceta, el exministro de los 3.000 poemas
Tendrá su lugar en la historia como el político que nos despertó cada mañana con un haiku japonés
Agotado su tesoro, enmudeció la lira. Miquel Iceta ha sido el ministro más romanticón que ha tenido Pedro Sánchez y tendrá su lugar en la historia como el político que nos despertó cada mañana con haikus, esos diminutos poemas japoneses antiguos basados generalmente en una composición de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, como este de Issa Kobayashi: “El pájaro en la jaula, con los ojos de envidia, mirando las mariposas”.
Después de tanto tiempo regalándonos esta píldora literaria que iba dejando en sus redes sociales, el exministro de Cultura se despidió en su página web con una nota: “Mis recomendaciones diarias de haikus llegan hoy a 3.000. Han sido más de ocho años ofreciendo cada día un poema breve y evocador. Quedarán ya para siempre en esta página web”.
El ministro más bailón
El exministro irrumpió en la campaña electoral catalana de 2015 bailando sin contención ante Pedro Sánchez a ritmo de Freddy Mercury,“¡Dont Stop Me Noooow!”. Le cogió el gusto y se acostumbró a hacerse viral en las redes. El país asistió al nacimiento de una estrella y, poco a poco, fue descubriéndonos detalles de su vida y de su personalidad. La casa heredada de su abuelo en Sant Just Desvern, el fallecimiento temprano de su padre, su pacifismo o sus aspiraciones de librero.
La pasión por los haikus fue una cosa de juventud, según fue confesando durante su cargo. “Me empecé a interesar por el budismo y otras religiones de Oriente y de repente descubrí esta forma de poesía de un instante, muy delicada y de una sencillez que te asombra, muy seductora”. En 2014 comenzó a recopilarlos en su web personal y poco después a transmitirlos en sus redes sociales a modo de saludo matinal.
Traspaso de cartera, ¿también de poemas?
Puede que el nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ecologista y antitaurino, al abrir la cartera que le acaba de traspasar Iceta encuentre algún poemita olvidado en el fondo. Entonces igual se toma en serio las palabras de Bécquer, “mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía!, e Iceta encuentra quien le releve en su costumbre matutina.
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