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Cuca Gamarra: El discreto encanto de la normalidad

La nueva secretaria general del PP corre maratones, es muy amiga de sus amigos y lleva el poder con discreción. Vuelve cuando puede a la ciudad que gobernó casi una década

Entrevista con la nueva portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra
Entrevista con la nueva portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cuca GamarraAlberto R. RoldánLa Razon

Estoy en Sevilla, en Triana; a ese lado del Guadalquivir. Con vistas a la Torre del Oro. Me llama Pedro Narváez y me pide que escriba sobre Cuca Gamarra. Sobre la exalcaldesa de Logroño. Sobre la nueva Secretaria General del Partido Popular. Sobre mi amiga Cuca. Escribir sobre alguien al que quieres es tan difícil como comprometido. La imagen que tenemos de quienes nos rodean no siempre coincide con la que otros, en otras latitudes menos cercanas, dicen ostentar. Tampoco la que de nosotros mismos acariciamos. Si las vidas, que “son los ríos, que van a dar a la mar”, tuvieran por cada onda un puñado de almas que nos acompañan y protegen, nunca me atrevería a decir que en el vórtice que es Cuca yo buceo con fruición. No. Más bien ando -o nado a braza- en los alrededores de ese espejo que es su agua donde, sin embargo, sí que me reflejo. Y no quiero dejar de hacerlo. Un poco porque soy Narciso; sobre todo porque en Cuca me gusta siempre mirarme.

Comparto con ella infinitas preocupaciones, todas las que doblegan al ser humano. Como ella, quiero que las mujeres que padecen la esclavitud más antigua del mundo sean al fin libres; que a los más vulnerables no les quiten la libertad. Como ella, no me conformo con que el mundo no sueñe con ser cada día mejor. Con ella he aprendido a entender a los que de verdad sufren. Militante de un feminismo inclusivo -esto de «inclusivo» se lo robé no hace mucho al exministro Gabilondo-, hemos transitado juntos por las calles de Madrid para defender los derechos de todas -y por ende de todos- sin hacer más que el ruido justo. Con más mujeres del partido. Como siempre con Marga Prohens -la presidenta del PP de las Illes Balears-. Los tres formamos un triunvirato que milita en una idea de amistad que puede parecer vetusta; quizá tanta modernidad case mal con los sentimientos de verdad. Y Cuca más que cualquier otra cosa es eso, verdad. De verdad. La verdad, que a veces duele, es la única manera que tenemos los hombres y mujeres libres para seguir siendo. Lo que queramos ser. Como queramos serlo. Y en eso Cuca también cree; en que cada uno pelee por ser lo más parecido a aquello que soñó de sí mismo.

GRAF1087. SEVILLA, 01/04/2022.- La portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, interviene durante el XX Congreso Nacional del partido en Sevilla que comienza este viernes y que elegirá por aclamación a su nuevo presidente. EFE/ Julio Muñoz
GRAF1087. SEVILLA, 01/04/2022.- La portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, interviene durante el XX Congreso Nacional del partido en Sevilla que comienza este viernes y que elegirá por aclamación a su nuevo presidente. EFE/ Julio MuñozJulio MuñozAgencia EFE

Nuestra primera vez fue en su despacho de la calle Génova. Entre libros -como ‘Ventanas de Manhattan’, de Antonio Múñoz Molina-. Trabajando por la cultura. Pensando en grande sobre esa parte de la vida que nos hace mejores. A punto de que la hicieran una entrevista que acabó haciendo en ‘sneakers’ por mi culpa -sus tacones estaban debajo de mi silla y yo me andaba “peleando” no recuerdo bien con quien-. Como yo -o yo como ella-, también es devota de las palabras de Dostoyevski, de aquello de que “sólo la belleza salvará el mundo”. Y hemos ido al teatro juntos; y me dejó que le descubriera a la Rosita de Lorca en boca y piel de Fernanda Orazi. Y mirando al mar, en una cala de Mallorca -otra vez con Prohens-, dos días después de que la nombraran portavoz tranquila en la Cámara Baja -el discreto encanto de la normalidad-, seguimos hablando de la necesidad que tiene el mundo de cosas bonitas -y buenas; que para Platón eran la misma idea-. Si tuviera que aventurarme y afirmar qué es lo más bonito en su vida, para ella, diría que sus sobrinos -mellizos-, Candela y Mario. Esos trocitos de su carne que la esperan en una ciudad que gobernó casi una década. Que cambió y la cambió. Donde vuelve para estar con los suyos. En un salón con un sofá, dice, demasiado grande y un bichón maltés -Oliver-. Y para comer, sobre todo verduras, en casa de sus padres -su padre, siempre atento, es el mejor de sus asesores-; y beber -vino de Rioja, claro-. Eso también.

Mujer centrada

Cuca es de centro -derecha, sí-. Pero sobre todo, y de eso no tengo ninguna duda, sé que está centrada. En sus obligaciones, en sus responsabilidades. En quienes quiere de verdad. Hermética -quizá, como dicen, porque es del norte- sabe hacer sentir especial a quienes tiene cerca. Sabe dar su sitio a quienes la rodean. Y escucha; en silencio -en política, quizá la virtud más necesaria-; cuando no te dice que «ha-ha». También le gusta estar guapa, y se funde entre colores puros y formas cuadradas. Sin llamar la atención. Y en eso sí que es -casi- única. Nunca busca el protagonismo; me atrevería a decir que huye de él. Pero, como la Marilyn de ‘All about Eve’, la rubia sentada en la escalera de la mansión de la Channing -Margo que no Angela- también ella acaba atrayendo miradas. Todas. Y ahora, una relevancia que le costará asumir porque no quiere más focos que los de la lámpara de su mesa -hasta arriba de papeles y rotuladores de mil colores-. En un despacho donde cuelgan sus medallas de corredora de maratón -que le toca a volver a cambiar-. Con música de U2. Oliendo siempre a flores.