Granada
La sorpresa gastronómica del Príncipe en Sierra Nevada
En «La cabaña de la viuda» todos recuerdan las visitas de Don Felipe
Desde hace tres años una pequeña cabaña de madera situada a la margen derecha de la pista «El Río» de Sierra Nevada hace que propios y extraños hagan un alto en el camino tras una larga e intensa jornada de esquí bajo el intenso sol de Granada. Algunos la llaman «La cabaña de la viuda» por el champán de Clicquot. Lo cierto es que uno se sorprende al entrar, como debió de hacerlo Don Felipe el primer día que pisó ese lugar. Ya saben cómo son estas cosas. Se abre la puerta, entra un chico muy alto y desgarbado con casco negro y gafas de ventisca, y todos piensan un «guiri más». Por la altura y por el color de sus ojos podría pasar por alemán –genes no le faltan en la familia–, pero cuando se acerca a la barra y se pide una cerveza bien fresca la camarera se queda de piedra y se percata de que el cliente que tiene frente a ella es el Príncipe de Asturias. No está solo, le acompañan los responsables de la estación de esquí de Sierra Nevada y algunos habituales más, en lo que parece una visita oficial a las instalaciones de esta popular zona andaluza. Hasta aquí todo normal. Se le agasajó con los originales platos que «Clicquot Nevada Terrace» ofrece a pie de pista a todo aquel que haga un alto en su jornada deportiva. Todo fue correcto, el trato, la estancia, las conversaciones, etc., pero Don Felipe, que a veces peca de desconfiado, se fue con «la mosca detrás de la oreja», aunque ni los encargados de la cabaña naranja, ni los directivos de Cetursa, se dieron cuenta de su reacción.
Al día siguiente el comentario general era lo simpático y amable que había sido Don Felipe –para los que nunca le han tratado sorprende, pero en cuanto has tenido más de tres ocasiones de charla con él te das cuenta de que es un tipo con el que lo mismo te podrías ir de San Fermines como a navegar por el Mediterráneo– y lo bien que lo había pasado y almorzado en la cabaña. Pero a nuestro Príncipe le gusta hacer de las suyas, un aspecto de su carácter en el que me recuerda mucho a su hermana, la Infanta Doña Elena. Ni corto ni perezoso, se presenta en la cabaña sin avisar y le dice al encargado: «Vuelvo porque no me creo que la hamburguesa de manchego ibérico y las lentejas con foie las hayáis cocinado aquí». Silvia Peris y Alejandro Berdejo, que regentan el local, le aseguran que sí, que todo se hace en la cocina de la cabaña. Pero Don Felipe insiste: «Estaba tan bueno que seguro que la estación de esquí lo tenía preparado para sorprenderme. Por eso he vuelto, para comprobarlo por sorpresa». Los empleados se morían de risa con el razonamiento que su alteza real les ofrece como excusa para volver a la cabaña a almorzar. Así que, dado el peregrino argumento empleado por Don Felipe, en el local le ofrecen repetir el mismo menú del día anterior e incluso le sugieren probar los garbanzos con langostinos, a lo que el Príncipe –al más puro estilo de Camilo José Cela– responde con un entusiasmado: «¡Venga!». El Príncipe y su acompañante degustaron de nuevo la cocina que se prepara al pie de las pistas de Sierra Nevada. Acompañó su almuerzo con otra cerveza, pagó religiosamente su cuenta y con una sonrisa se despidió de propios y extraños con un «Aquí tengo que volver», no sin antes dejar su firma y una cariñosa dedicatoria en un expositor y hacerse una foto con el equipo de la «Nevada Terrace». Yo, como comprenderán, no he podido escribir estas líneas sin probar las lentejas con foie, los garbanzos con langostinos, las croquetas y los tres tipos de hamburguesas y lo cierto es que me he sentido como un príncipe. Sólo espero este año coincidir con Don Felipe para poder esquiar un par de horas con él por los más de 100 kilómetros de pistas soleadas que ofrece Sierra Nevada.
Comida de la abuela
Silvia Peris y Alejandro Berdejo gestionan la champañería Clicquot Nevada Terrace en la antigua caseta Slalom. Y la marca ha rehabilitado y diseñado el interior de la caseta, y ha renovado su oferta gastronómica. A los habituales platos para picar incorporan «comida de nuestras abuelas con nuestro toque especial» entre los que encontramos los garbanzos con langostinos; hamburguesas gourmet con cheddar y menta, emmental y bacon, o manchego y jamón; sopa de tomate «Nevada Terrace», y lentejas con morcilla de piñones.
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