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«Mister Gates, soy una más que hace algo por los demás»

Su relación saltó a las páginas de economía esta semana, pero Bill Gates y Esther Koplowitz se conocen desde hace más de siete años. Ella es la mujer que ha cautivado al fundador de Microsoft

Esther Koplowitz, comparte con Gates su pasión por la filantropía
Esther Koplowitz, comparte con Gates su pasión por la filantropíalarazon

La primera vez que le vio fue durante una conferencia en Madrid. El personaje abarrotaba el auditorio. No era la única ocasión en que Bill Gates visitaba España, país que admira por su solidaridad y donde recogió, en el año 2006, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Es precisamente este galardón el que refleja la personalidad de un individuo bastante tímido, filántropo mundial, por encima de su inmensa fortuna. El hombre que figura como uno de los más ricos del mundo realiza una ingente labor humanitaria junto a su esposa, Melinda Gates, a través de su Fundación. El destino tenía escrito que había de conocer y unirse a una mujer extraordinaria, la primera gran mecenas privada de España: Esther Koplowitz. Fiel a su habitual discreción, en aquel acto con Gates, la empresaria se presentó con una inusitada frase: «Mister Gates, soy una más que hace algo por los demás». Imperiosa modestia para definir a la Fundación Esther Koplowitz, una institución creada en 1970 con el objetivo de ayudar a los más desfavorecidos de la sociedad. Un proyecto pionero que abarca hogares, residencias para ancianos y para niños con discapacidad, cooperación familiar, centros de investigación biomédica en vanguardia, becas, ayudas al estudio, y toda una enorme Obra Social impulsada personalmente por su fundadora. Esther prodiga sus cuidados a los colectivos más necesitados bajo la máxima bíblica de «lo que hace tu mano derecha no ha de saberlo la izquierda».

Encuentro en Madrid

En aquella conversación, Bill Gates quedó impresionado con la labor de Koplowitz. Y, tanto él como su esposa, Melinda, comenzaron a seguir muy de cerca la labor de su Fundación, siempre en acción, sin descanso, como sucede ahora con las dos nuevas residencias en proyecto de construcción, en Valladolid y Valencia, destinadas a paliar los problemas de familias con discapacitados a su cargo. Algo similar a lo que realiza la Fundación Bill Gates, también dedicada a programas de salud y educación en las zonas más deprimidas del planeta. De manera que aquel encuentro en Madrid fue, por encima todo, el de dos grandes filántropos. Y Gates nunca olvidó el esfuerzo de una mujer, empresaria privada, al servicio de la ciencia y la solidaridad.

El dueño de Microsoft y Esther no volvieron a tener un trato personal directo, pero la admiración de Gates y su esposa hacia ella es «platónica». Siguieron, paso a paso, las tareas de la Fundación, en especial el CIBEK, moderno centro ubicado en Barcelona para investigar enfermedades oncológicas, hepáticas, transtornos de la sangre e inmunología. Al millonario, por experiencias personales directas, le impresionó este referente en toda Europa que escenifica como nunca la participación de capital privado en un proyecto público de investigación sanitaria, líder mundial en el campo de la biomedicina. La admiración del matrimonio Gates por Esther y su legado crecía cada día. En febrero de 2012, Bill Gates volvió a visitar España y fue recibido por el presidente del Gobierno en La Moncloa. Allí, el magnate estadounidense se declaró impresionado por la solidaridad española y le habló de Esther Koplowitz como ejemplo. Se refería a una encuesta elaborada por Unicef España y la Fundacion Gates en la que la de Koplowitz salía en cabeza. Gates habló con Mariano Rajoy de políticas de desarrollo y solidaridad, algo que le apasiona, y se refirió a Esther como una de las empresarias más generosas del mundo, con un profundo sentido para ayudar y salvar vidas. El presidente español así lo reconoció ante el segundo hombre más rico del mundo, según la revista «Forbes».

La mujer que nunca descansa

En un ciclo posterior de debates, celebrado en un foro empresarial en Madrid, Gates sí pudo conocer a las tres hijas de la matriarca: Esther, Alicia y Carmen. Sobre todo, a la primera, Esther Alcocer Koplowitz, a quien su madre cedió la presidencia de FCC, el grupo fundado por su padre. Una joven exquisita, culta y bien formada que asumió el timón de la compañía en momentos difíciles. Pero la heredera tiene clase y pasta, que se dice en argot popular. Hace unos meses, Esther junior viajó a Panamá para inaugurar una gran autopista en el país del Canal. Fue entonces cuando portavoces autorizados del imperio Gates le hicieron saber que la gran operación de compra estaba en marcha. En lo que se llama, en argot financiero, un «road show», el representante de los fondos de inversión de Gates, Michael Larson, planificó varias reuniones en Ginebra y Nueva York para culminar la operación.

Más allá de todos sus pormenores económicos, nada habría sido posible sin ese «feeling» entre Bill Gates y Esther, unidos por un sentimiento hacia la ciencia y los más débiles. El multimillonario y su mujer lo ejercen por varias regiones del planeta. Esther Koplowitz lidera el mayor mecenazgo privado en España en un ejemplo de filantropía moderna y pertinaz benefactora. Con su físico arrollador que heredó de su madre, Esther Romero de Joseu, penetrantes ojos negros, larga melena del mismo color y sus pendientes de aro, nunca descansa. Siempre atenta con los que para ella trabajan, y sobre todo, con sus beneficiados. Esther piensa que el dinero no es un fin en sí mismo. Desde el imperio que fundó su padre, lo ha demostrado con nombre de mujer. Mucho más ahora, retirada de la primera línea de FCC, que con orgullo cedió a su hija. El día que Bill Gates recibió el Premio Príncipe de Asturias evocó una frase de la Madre Teresa De Calcuta: «Corazones para amar, manos para servir y dinero para ayudar». Es el trasfondo de una gran operación financiera y el reconocimiento a una mujer muy por encima de los números. Esther Koplowitz, de corazón. Y Bill Gates, ahora a su lado con poderosa razón.

Radiografía de la Fundación Koplowitz

SU META

Por medio de diferentes planes de ayuda, la fundación de Esther Koplowitz tiene por objeto desde que se creó en 1995 suplir las necesidades de los más desfavorecidos.

SEDES

Madrid, Valencia y Barcelona.

VALORES

Se mueve en la línea del espíritu cristiano y dedica parte de su esfuerzo a la investigación de la biomedicina.

LÍNEA DE ACTUACIÓN

Lograr la reinserción social, ayudar a las personas discapacitadas y a los mayores sin recursos, proteger la infancia y el valor de las diferentes congregaciones religiosas son los propósitos de actuación de la fundación. Mediante el fomento de la investigación científica y por medio del Centro Esther Koplowitz se pretende, por otro lado, acabar con algunas patologias muy importantes en la actualidad como son los trastornos alimenticios.

Radiografía de la Fundación Gates

SU META

La fundación del magnate americano tiene por objetivo fundamental combatir la pobreza extrema y las malas condiciones de salud en los países en vías de desarrollo. Persigue que todo el mundo pueda aprovechar su vida al máximo.

LÍNEA DE ACTUACIÓN

Busca mejorar la Sanidad pública a nivel mundial y lograr el desarrollo global. Aspira a combatir enfermedades como el VIH, la tuberculosis o la malaria y lucha por controlar el problema del tabaquismo. Opera en cientos de países y mantiene una actitud emprendedora en lo que a vacunas se refiere.

SEDE

La Fundación está en Seattle y dispone de distintas sucursales en Washington, Nueva Delhi, Pekín, China, Londres, India y Reino Unido.

VALORES

El compromiso cívico, el voluntariado y la confianza en una vida saludable y productiva para todos.