Todo lo que quiero saber de Isabel Pantoja en el Baile de la Rosa de Mónaco

Isabel Pantoja en el Baile de la Rosa es un poco Belén Esteban en un sillón de la RAE, Rociíto en una comida el día de la madre, Adara fuera de un «reality show». Como Paloma Cuevas en los baños de una estación de autobuses. Pero, oigan, la Pantoja está invitada al Baile de la Rosa y nosotros no. Y vale que no es Cannes o Saint Moritz. Y va a ir con el Tito Agustín, claro. ¿Con quién si no? La ha invitado un millonario alemán que es un amante de las artes (y de la música y las tonadilleras, supongo yo) y que tiene su mesa fija en el evento. Y como tiene su propia mesa, pues invita a quien quiere.

Es todo una fantasía. Por si fuera poco, el encargado de la decoración será Christian Louboutin y está inspirada en las películas de Bollywood. Ojalá se retransmitiese en directo, como Eurovisión o los Oscar, y poder ver a la Pantoja y a Agustín, cogido de su brazo, llegando a la alfombra roja (o rosa, como sea), saludando a la principesca familia de Mónaco con genuflexión y lisonja (ojalá). Porque Isabel Pantoja, como ya ha reiterado este pasado miércoles en «¡Hola!», se siente muy identificada con Carolina de Mónaco, como yo con Gisele Bündchen, y le hace mucha ilusión conocerla. Que han tenido vidas paralelas, dice. ¿Será por lo de la madre actriz famosa y el padre príncipe? ¿Por la infancia de cuento de hadas, ser profesional de la jet-set, alternar con playboys en la juventud, por su admirada belleza? No: es por lo de quedarse viudas dramáticamente con hijos pequeños. Así que, más que vidas paralelas, serían, en todo caso, vidas confluyentes en un único punto.

Pero si para ella es importante, a tope con ella. Yo estaría igual, gritando a mis amigas que Carolina y yo hemos tenido vidas paralelas porque las dos somos morenas y una vez, en un restaurante, me crucé con su ex, el noble Ernesto de Hannover. En realidad lo que les estaría gritando es que qué me pongo. Porque aquí lo importante es qué se va a poner la Pantoja para ir al sarao en el Principado de Mónaco. Lo único que sabemos es que se trata de un diseño de la diseñadora Isabel Sanchís, ganadora del premio a mejor colección en la Mercedes Benz Adolfo Suárez Almudena Grandes Fashion Week de Madrid. Yo solo espero que le ponga un poco de todo: un poco de transparencias, un poco de volantes, un poco de vuelo, un poco de puntillas, encaje, lentejuelas, escotazo, tul… Como un arroz con cosas de la alta costura. Y de color rosa chicle. Pero lo que más me gustaría es que pinchara Paquirrín.