Superación
El hijo de Joaquín Torres de 17 años se sincera sobre su adicción al alcohol y las drogas
Álvaro Torres cuenta su historia para intentar ayudar a otros jóvenes que se encuentren en su misma situación
Joaquín Torres encadena una polémica con otra. El arquitecto lleva meses en el foco por una u otra cuestión, ya sea su supuesta crisis con Raúl Prieto -al que luego dijo amar profundamente-, la muerte de su madre que le sumió en una profunda pena o el enfrentamiento público con uno de sus hermanos, a quien acusa de estafador y ladrón. Ahora, ha sido su hijo Álvaro, fruto de su anterior matrimonio con Mercedes Rodríguez -con quien de casó antes de salir del armario- quien se ha sentado en un plató de televisión para compartir su desgarradora historia.
El joven de 17 años visitó los estudios de "Y ahora Sonsoles" para narrar su truculento viaje por el mundo del alcohol y las drogas, que comenzó cuando se cambió de colegio y empezó a frecuentar malas compañías. Un ambiente complicado que le hizo caer de lleno en una espiral de autodestrucción a una edad muy temprana.
"Entré con 15 años y obviamente quieres hacer amigo, te metes el entorno que más o menos ves que te gusta y al final haces más o menos lo que tu entorno hace. Mis amigos lo que hacían era crecer muy rápido. Empezamos a beber muy pronto, con quince años, empecé con el tabaco y eso fue incrementando. Llegaron las drogas y los porros. Está muy normalizado", empezó explicando.
Álvaro Torres continuó señalando que en aquel momento no era consciente de la situación en la que se encontraba y le restaba importancia porque creía que se trataba de algo común: "Yo creo que no te das cuenta de lo que estás haciendo. El primer año, cuando empecé con todo esto, no me sentía mal, yo lo hacía, me lo pasaba bien con mis amigos y di por hecho que eso era normal".
Fue entonces cuando tocó fondo e incluso llegó a estar detenido por la policía, aunque aquella mala experiencia supuso para él el principio del fin de esa mala vida, especialmente por el papel que tomaron sus padres. "Cuando me pillaron se me cayó el mundo, llamé a mi madre, porque sabía que la bronca de mi padre iba a ser mortal. A mi padre se lo dije una semana después, me daba mucha vergüenza y me dijo '¿qué vas a hacer con tu vida?'", recuerda.
Ahora, Álvaro hace pública su experiencia con la esperanza de que su testimonio pueda ayudar a otros jóvenes que pasan por lo mismo que él. Su objetivo es que abran los ojos para que puedan encarrilar su camino antes de que sea demasiado tarde.
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