El diario Amilibia: La Yoli, ministra de Defensa

Viene el congreso de Sumar y aún no saben si apuntarse a la Virgen de la Paz o a Santa Bárbara. Acabarán haciendo un mix, como desea la Yoli, gran estrella del circo nacional. No se está apreciando en todo su valor los ejercicios de funambulismo que está brindándonos la lideresa comunista, el equilibrio en el alambre que supone mantener un pie en la Moncloa, pegadita al Apolo, y el otro al amor de Enrique Santiago, líder de Izquierda Unida y antiguo gurú de la artista. El público debería aplaudirla más, le grito al televisor. Qué gran show, aunque los malabarismo del Apolo para torear a la vez la Unión Europea y a sus socios a la izquierda de la izquierda que quieren salir de la OTAN, también merecen vítores. Bolaños sueña todas las noches con que Él, acodado en la barra de la taberna Garibaldi, le grita al rojerío con todo su poderío chulesco: «Tranquilos por el gasto en Defensa, esa ronda sale de los Fondos».

Cuentan las lenguas viperinas que medita una jugada perversa: nombrar a la Yoli ministra de Defensa y secretario de Estado del mismo ministerio a Enrique Santiago. Y director general del CNI a Gabriel Rufián, que se está exhibiendo como experto funambulista entre el apoyo al Apolo y la fobia antibelicista de ERC con frases como «el mundo no es como nos gustaría, sino como es» o «hay que ser responsables e ir más allá de la pancarta». O sea, «no a la guerra, pero depende». Con Junts no hay problema: dará el sí, siempre que los uniformes del nuevo ejército europeo se hagan en la fábrica textil de Miriam Nogueras. Por lo demás, nada: que para paliar la indefensión en que nos ha dejado Estados Unidos, habrá que comprar armas a los Estados Unidos. La Yoli lo explicaría muy bien.