Opinión
El diario de Amilibia: La nueva telenovela de Ana Obregón
"Sólo le falta un buen guion, que se irá escribiendo casi solo con el transcurso de los acontecimientos, que se presumen muchos y muy bien administrados en el tiempo"
«Nunca volveré a estar sola», clama Ana Obregón abrazada a su pequeña Ana en la portada de «¡Hola!». Suena como aquel juramento de Scarlett O’Hara en «Lo que el viento se llevó»: «Nunca volveré a pasar hambre». La frase de la nueva mamá/abuela es un hermoso título para una telenovela. Hay más, igualmente ideales, que brotan de sus emotivas declaraciones en las redes: «Llegó una luz llena de amor a mi oscuridad». Ahí tienen otro posible título: «Luz de amor». Y un tercero, impactante y conmovedor, procedente del final de su comunicado: «He vuelto a vivir». Será por títulos. Ahora sólo le falta un buen guion, que se irá escribiendo casi solo con el transcurso de los acontecimientos, que se presumen muchos y muy bien administrados en el tiempo.
La izquierda sanchista y sus socios (a ratos) de la extrema izquierda ya se han manifestado en contra de los vientres de alquiler. «Es una forma de explotación del cuerpo de la mujer», clama Irene Montero abrazada al clavo ardiendo de una historia que pueda hacer olvidar otras en su momento de descenso a los infiernos junto a Ione Belarra, empujadas por la espada flamígera de Yolanda Díaz. Para animar más el circo, hasta es posible una guerra entre el rojerío y el colectivo LGTBIQ+, pues como bien nos ha recordado José Antonio Vera, son las parejas gays la flor y nata clientelar de la gestación subrogada. Sólo falta que Pam quiera ser mamá, ay. Luego llegarán los previsibles capítulos: el bautizo de la niña, los primeros pasitos de la niña, la posible búsqueda de la madre de un padre para la niña…
La Obregón ya escribió y protagonizó la serie «Ana y los siete». Ahora le toca «Ana y Ana». Felicidades.
✕
Accede a tu cuenta para comentar