Polémica

Carmen Otte, "destrozada y sin parar de llorar" tras el plantón de Juan Ortega en el altar

"Se le han quitado las ganas de todo", cuentan a LA RAZÓN desde su entorno

Juan Ortega, torero
Juan Ortega, toreroJesús G FeriaLa Razón

Un novio a la fuga y una mujer destrozada. Así se siente Carmen Otte Alba, a quien su pareja durante los últimos diez años, el torero Juan Ortega, ha dejado plantada en el altar.

Carmen es una cardióloga muy querida por sus compañeros del Hospital Universitario Virgen de Valle en el que trabaja. Y por sus antiguos colegas del centro sanitario Virgen del Rocío, en donde comenzó su trayectoria profesional. Todos se quedaron estupefactos al enterarse de que su novio suspendió la boda media hora antes de celebrarse. Al igual que ocurrió con la familia, amigos y resto de invitados a la ceremonia.

Una fuente cercana a Carmen nos desvela que "la pobre no deja de llorar, está destrozada, no le entra en la cabeza la actitud de Juan, no se esperaba una humillación tan grande el mismo día de su boda. Se le han quitado las ganas de todo, necesita unos días de reflexión antes de regresar al trabajo. Y su familia está destrozada…".

Invitados a la boda de Juan Ortega
Invitados a la boda de Juan OrtegaGtres

La cardióloga tiene treinta y tres años y proviene de una conocida familia jerezana. Es en la casa de sus padres, en Jerez, donde la novia despechada esconde su dolor en estos días de desasosiego y desaliento.

Es en Sevilla donde se refugia Ortega, recluido en la casa que compartió con su hasta ahora pareja los últimos dos años. Juan le notificó por teléfono a la que iba a ser su esposa que rompía la relación. La llamada la pilló poniéndose el vestido nupcial. Al principio, pensaba que era una broma, pero al darse cuenta de que era una realidad rompió a llorar desconsolada.

Los que la conocen bien, califican a la doctora como "muy trabajadora, atenta, cariñosa y aventurera. Es una apasionada de los viajes y una persona abierta a nuevas experiencias".

Parece ser que Ortega, consciente de que es el culpable de lo sucedido, se hará cargo de todos los gastos de la boda fallida. Unos setenta mil euros.