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Aniversario de un hito

La boda roja de 'Juego de Tronos' que rompió el tabú de las novias

Diez años después de la boda que cambió el curso de la ficción, reparamos en otras novias que no tuvieron miedo a romper con la tradición y no vestirse de blanco

La boda roja del capítulo 'Las lluvias de Castamere' Juego de Tronos

No hay fan que se precie de ‘Juego de Tronos’ que no recuerde con especial emoción el noveno episodio de su tercera temporada. Aunque la exitosa ficción de HBO, basada en la saga inacabada de libros de George R.R. Martin, se desarrolló entre 2011 y 2019, con 73 capítulos divididos en 8 tandas, todos saben a lo que nos referimos al hablar de la “boda roja”. A pesar de que el capítulo en sí se llama ‘Las lluvias de Castamere’, lo sucedido en él, emitido hace justo ahora diez años, marcó no solo el transcurso de la trama y el destino de todos sus personajes, sino también a una generación que admiraba y respetaba a la familia Stark. Nadie se esperaba su trágico destino. Es imposible olvidar cómo Walder Frey ideó un plan para asesinar a sangre fría en plena boda a la familia principal de la serie. Así perdieron la vida en angustiosas circunstancias el heredero al trono de Invernalia, Robb Stark, su esposa Talisa, embarazada de su primer vástago, así como su madre, Catelyn Stark. Desde este amargo suceso, todo se precipitó y la vida de los protagonistas cambió radicalmente.

imagen de la 'Boda Roja' en el capítulo 'Las lluvias de Castamere'Juego de Tronos

Se cumplen, como decimos, diez años de tan impactantes imágenes grabadas a fuego en la retina de los fieles de ‘Juego de Tronos’. Tanto, que incluso ha inspirado otras bodas, aunque siempre cruzando los dedos en que sean “rojas” por motivos menos sangrientos y dramáticos. Así optaron algunas estrellas del star system internacional, que quisieron jurar amor eterno a sus maridos enfundadas en vestidos nupciales donde el rojo cobra una relevancia especial. Atrás queda el tradicional, pero nada arriesgado, color blanco en el que piensan todas las novias cuando imaginan sus idílicas ceremonias. Ahora son cada vez más las mujeres que arriesgan, que dicen “no” a las viejas costumbres en el momento de pronunciar el “sí, quiero”.

El rojo es, sin duda, el color más fuerte y poderoso de toda la gama cromática. En la antigua China, tanto el novio como la novia elegían este tono para atraer el éxito, la prosperidad y la felicidad, así como la fertilidad. No sabemos si esto es lo que pensó Jessica Biel cuando dotó a su traje nupcial de pinceladas rojizas y rosadas, cuando el 19 de octubre de 2012 se casó con Justin Timberlake en Savetrelli di Fassano, Italia. Su enlace pasará a la historia como uno de los más románticos que se recuerdan, que copó la primera plana de la revista ‘People’ precisamente por lo inusual de su vestido. Un diseño firmado por Giambattista Valli y que hizo las mieles de las expertas en la materia, pese al desafío que suponía a las costumbres occidentales. Su matrimonio duró ocho años.

Poco a poco, las grandes firmas tratan de salirse del estricto blanco para ofrecer una gama más amplia de tonalidades, siendo el rojo una de las apuestas más potentes. Así lo entendió también la cantante Gwen Stefani, nunca discreta, cuando intercambió alianzas en 2002 con Gavin Rossdale. Como Biel, rompió la pureza de la tela de su vestido con detalles en rojo, creando una tendencia imitada por muchas, como así hizo la actriz una década después.

Gwen Stefani en su boda con Gavin Rossdale en 2002Gtres

Le siguió en esta fechoría de estilo la modelo e influencer Lydia Hearstcuando se unió en matrimonio con el humorista Chris Hardwick en 2016, con Pasadena, California, como telón de fondo. En su caso, en la etiqueta rezaba el nombre del diseñador Christian Siriano.

Pero si hay una famosa que lo apostó todo al rojo en su boda esa fue Kat Von D en 2018. La tatuadora y empresaria de belleza mexicana no quiso que los reportajes sobre su enlace se dijese que “blanca y radiante va la novia”. Ella siempre ha trasgredido las normas impuestas socialmente y en su día grande no iba a hacer una excepción. Quizá por el detalle de que se casaba embarazada, algo que se desveló después, lo que le restaba esa pureza que se le presuponía antaño a las novias. Estaba espectacular con su diseño de Adolfo Sánchez, apostando en cada detalle al color carmesí que tanto rompe las normas establecidas. Aunque en estos eventos el novio suele ocupar un discreto segundo plano, Leafar Seyer, cantante de la banda Payers, también llamó la atención con su atuendo, completamente de negro, con sombrero y velo amantillado cubriéndole el rostro incluido. Una pareja peculiar.

Kat Von D el día de su boda con su vestido en rojoInstagram

Algo parecido hizo la modelo Bárbara Palvin cuando se casó con Dylan Sprouse en julio del 2023 en Harlekin Birtok, Hungría. La maniquí quiso respetar las tradiciones de su tierra, que establece que pasada la medianoche la novia debe cambiar su vestido blanco por uno rojo para evidenciar que se ha convertido al fin en mujer. En la ceremonia presumió de un diseño de Vivienne Westwood, para después en el banquete dar la sorpresa con otro, también en radiante blanco, de Philosophy di Lorenzo Serafini. Cuando el reloj marcó las doce de la noche se ausentó y regresó a la fiesta cumpliendo con la costumbre húngara “Menyecske Ruha”, sorprendiendo a todos con un look más casual de su compatriota Peter Mero.

Bárbara Palvin cuando se casó con Dylan SprouseInstagram

El rojo, prohibido para las invitadas

Conocida es la prohibición no escrita, pero siempre respetada, de que las invitadas no pueden vestir de blanco en una boda, pues este color está reservado exclusivamente a la novia, protagonista indiscutible de la jornada. Algo que parece obvio en muchas culturas. Pero tampoco está bien visto en ciertos países que el rojo tome protagonismo en los outfits de los asistentes y no por lo vibrante y fuerte que resulta. Es más, porque se considera un desafío a los contrayentes, pues se popularizó que este tono tan solo lo llevan aquellos que han compartido juegos de alcoba con uno de ellos. Vamos, que si vas de rojo es que has tenido sexo con el novio, o viceversa. Una idea que en España no ha llegado a cuajar, teniendo muchos ejemplos de invitadas que triunfaron de rojo, sin connotaciones extrañas. Así lo hizo, por ejemplo, la Reina Letizia hace 20 años, cuando acudió al enlace de Federico y Mary de Dinamarca con un impresionante diseño de Lorenzo Caprile que aún se comenta como uno de sus grandes aciertos. Nadie se atrevió a especular con absurdas creencias.

La Reina Letizia en la boda de Federico y Mary de Dinamarca en 2024Gtres