A poco más de una semana de que el cine español celebre su gran fiesta de los Premios Goya, que tendrá lugar el próximo sábado 10 de febrero en la Feria de Valladolid, una oleada del "Me Too" empieza a cobrar fuerza y ya se han puesto algunos nombres sobre la mesa.

 El director Carlos Vermut, que firma títulos como "La abuela" (2021) o "Mantícora" (2022), fue el primero en ser señalado por hasta tres mujeres que aseguran que las agredió sexualmente, unas graves acusaciones que ahora se han extendido al cineasta canario Armando Ravelo. La artista multidisciplinar Koset Quintana asegura que este se le insinuó cuando solo tenía 14 años y que le sugirió que consumieran juntos drogas y porno.

A estos dos nombres se les suman otros tantos que vieron la luz años atrás y que conforman una suerte de lista de la vergüenza que ha sacado los colores a la Academia del Cine. De hecho, el organismo ya se ha pronunciado sobre este escándalo que, por desgracia, promete ir in crescendo. "Ninguna mujer debería ser puesta en una posición de peligro, de inferioridad o de menosprecio, y ninguna violencia debería quedar sin respuesta", expresaba el comunicado, que también avisaba de que en la próxima ceremonia de entrega de los Premios Goya "se visibilizará la reivindicación de que la violencia sexual y los abusos de poder no tengan cabida en el mundo del cine ni en el conjunto de la sociedad española".

Además, muchos nombres propios de la industria del celuloide patria también se han manifestado a favor de las víctimas y en contra de una lacra que se presenta como el pan de cada día en el sector. El último en hacerlo ha sido el actor Álex González, que aprovechó la inauguración de su nuevo club ,Rhudo, para lanzar un mensaje de apoyo a las demandantes.

"Mi opinión sobre esto tiene poco que ver con mi profesión. Independientemente de mi trabajo, obviamente, siempre voy a estar al lado de las víctimas", señaló el protagonista de "El Príncipe", recalcando que se trata de "un tema muy delicado" del que tampoco conoce todos los detalles para poder pronunciarse en profundidad.