Recuerdos
Ocho años del fallecimiento de Miguel Boyer, el exministro que lo dejó todo por Isabel Preysler
El economista, que sufrió en 2012 un ictus del que nunca se recuperó completamente, era el padre de Ana Boyer
El exministro socialista Miguel Boyer falleció hace hoy ocho años en la clínica Ruber Internacional, donde había ingresado en estado crítico aquejado de una embolia pulmonar. La salud del economista se resentía desde 2012 cuando sufrió un ictus que le obligó a pasar varios meses en un hospital y del que nunca llegó a recuperarse del todo.
Miguel Boyer Salvadornació en 1939, en San Juan de Luz, localidad a la que se exiliaron sus padres durante la Guerra Civil. Fue titular de la cartera de Economía, Hacienda y Comercio durante el primer Gobierno de Felipe González, y en esta época protagonizó la expropiación de Rumasa, la Ley de Arrendamientos Urbanos y el conocido “Decreto Boyer”, que liberalizaba los horarios comerciales y modificaba la Ley de Arrendamientos Urbanos. Tras su paso por el Gobierno ocupó puestos de responsabilidad en la empresa privada. Fue presidente del Banco Exterior, presidente de CLH (la antigua Campsa), así como consejero de Reyal Urbis y Red Eléctrica, entre otros.
Su vida privada también ocupó páginas informativas, pero de la prensa rosa. Tras su discreto matrimonio con la ginecóloga Elena Arnedo, con quien tuvo dos hijos, comenzó su noviazgo, que acabó en boda, con Isabel Preysler con quien tuvo una hija, Ana.
Boyer y Preysler protagonizaron una de las historias de amor más sorprendentes de la sociedad española y pocos apostaban por su duración. Ella era entonces la “socialité” más reclamada y él uno de los ministros más importantes del primer gobierno socialista de la democracia.
Los primeros rumores de una relación entre ellos empezaron a circular en 1982, tan solo dos años después de la boda de Isabel Preysler con Carlos Falcó. Él también estaba casado. Las primeras revelaciones aparecieron en la revista «Interviú». Se habían conocido, en la primavera de 1982, en una de las conocidas comidas que convocaba la periodista peruana Mona Jiménez, y a la que acudían políticos de todas las tendencias, empresarios y alguna «socialité». Isabel acudía por primera vez con su esposo, Miguel estaba allí con Arnedo.
La amistad entre ambas parejas les llevó incluso a compartir vacaciones y fines de semana en la finca del marqués de Griñón, en Malpica de Tajo, Toledo. Lo que sintieron el socialista y la socialité fue un flechazo. Boyer aún no era ministro cuando inició una relación adúltera con Isabel, también casada.
Se veían en secreto. Cuenta que él salía escondido en la parte trasera del coche de Isabel o que quedaban a varias calles de distancia para no ser identificados. Sin embargo, Elena Arnedo pronto se dio cuenta de lo que ocurría.
Una amiga en común fue cómplice para sus encuentros en un piso en Madrid y Carmen Martínez Bordiú, amiga de Isabel, hacía lo propio en París. Los rumores comenzaron a ser tan fuertes que Carlos Falcó pidió a Isabel que publicara un comunicado negándolos. En la primavera de 1984, las dos parejas coincidieron en los premios periodísticos Naranja y Limón. Les otorgaron a ambos los Limón por lo esquivos que eran con la prensa. Cuando Carlos falcó lo supo, lo dejó pasar, convencido de que ambos tenían intereses muy opuestos y de que aquello no duraría.
Sin embargo, en el verano de 1985, Carlos Falcó aceptó lo que estaba ocurriendo. La situación propició una crisis de Gobierno. Boyer planteó su dimisión irrevocable a Felipe González. Salió del ministerio el 3 de julio. A la mañana siguiente, rompía con su esposa. Boyer lo dejaba todo por Isabel.
Unos días más tarde, El 14 de julio, Isabel y Carlos hicieron pública su ruptura. Carlos dejaba el domicilio familiar, donde dos días después se instalaba Boyer. Preysler se divorció del marqués y redujo sus apariciones públicas, ya que el economista prefería una vida más discreta.
Isabel y Miguel se casaron casi en secreto, el 2 de enero de 1988, a las 9 de la mañana, solo con dos testigos – Margarita Vega Penichet y el abogado José María Amusátegui– por lo civil, en un juzgado de la calle Pradillo, en Madrid. No asistió ningún familiar. Ella tenía 36 años y él, 48. Su hija Ana nació un año después.