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Familia

Esto es lo que Isabel Preysler opina sobre la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva

La pareja ha anunciado hoy que pasarán por el altar

Isabel Preysler en el pasado cumpleaños de su hija, Tamara Falcó GTRES

Tras unas semanas en las que los rumores han sonado con mucha fuerza, por fin se ha confirmado que Tamara Falcó e Íñigo Onieva pasarán por el altar el próximo año. Según ha explicado Paloma Barrientos en “El programa de Ana Rosa”, la pedida de mano se produjo a principios de septiembre en El Ricón y el novio, siguiendo la tradición, “hincó rodilla”.

Tal y como la propia Tamara Falcó ha indicado en su cuenta oficial de Instagram, se siente “muy feliz” de compartir esta buena noticia. “Gracias, por proponerme ser tu compañera de por vida. Me siento la mujer más afortunada del planeta y el sí que te di te lo repito y te lo dejo por escrito para que no se te olvide jamás”, ha dicho a Íñigo Onieva, demostrando una vez más lo enamorada que está de él.

Sin duda, se trata de una buena nueva que alegra no solo a los novios, sino a sus amigos, familiares y seres queridos. En este sentido, son muchos los que se preguntan qué opinión le merece a Isabel Preysler el futuro enlace de su hija con Íñigo Onieva, y aunque la socialité todavía no se ha pronunciado, en su día ya dejó clara su postura.

No lo veo necesario. No les hace falta casarse”, señaló Isabel Preysler en la celebración del 40 cumpleaños de Tamara Falcó, que tuvo lugar en la discoteca que regenta Íñigo Onieva en el centro de Madrid. Sus palabras sorprendieron a los allí presentes, que esperaban algo más de ilusión en la llamada “Reina de corazones” por las nupcias de su hija.

Los detalles de la boda

Aunque todavía no se conocen muchos detalles sobre el enlace, esta noche Tamara Falcó visitará “El Hormiguero” y allí compartirá nuevos datos sobre la que se postula como la boda del año. Aun así, fue en ese mismo plató cuando, hace solo unos meses, ya esbozó cómo le gustaría que fueran sus nupcias: “No creo que la hiciese gigantesca. Mi padre me contó que en su primera boda seguía saludando a gente al final de la noche. Fueron 1.000 personas y eso sí que me parecería una pesadilla... La verdad es que no lo sé... A una boda va la gente que más quieres y con los que te lo pasas fenomenal. Será una gran boda”.