Preside el salón de su casa, está colocado donde antes había otro de la recordada Rocío Jurado. Es un cuadro que expresa el amor de José Ortega Cano hacia su esposa, Ana María Aldón, y el torero ha colocado una imagen del mismo en su foto de perfil de Whatsapp.

En la obra aparecen los dos con las caras muy juntas, en un plano colorista y sonrientes, reflejo de una etapa de sus vidas en la que no existían los desafueros actuales.

Pero, a pesar de los rumores de ruptura, Ortega sigue aferrado a un amor que algunos ya consideran como imposible. Ya veremos si este próximo miércoles, la revista de cabecera de la sanluqueña publica la exclusiva de Aldón anunciando su separación del padre de su hijo.

Lo que está muy claro es que José no se imagina alejado de su mujer y su hijo. Y digan lo que digan determinados medios de comunicación, lucha para salvar lo que muchos ven como insalvable.

Es un hombre enamorado, angustiado por la situación, desesperado por el acoso de los reporteros que hacen guardia para hacerle preguntas demasiado molestas. De ahí sus airadas contestaciones, que nos enseñan a una persona prácticamente desconocida hasta ahora. En muy pocas ocasiones le hemos visto tan enfadado. Y, menos, despotricando contra los periodistas.