Chipiona
La polémica inauguración del Museo de Rocío Jurado
Un evento con muy pocas caras conocidas y agudizando, evidentemente, el cisma entre la hija de “la más grande”, los Mohedano y los Ortega Cano
Quinientos invitados y ausencia total de toda la familia mediática. Rocío Carrasco inauguró anoche, junto al alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, el museo dedicado a su madre, Rocío Jurado, con muy pocas caras conocidas y agudizando, evidentemente, el cisma entre la hija de “la más grande”, los Mohedano y los Ortega Cano.
Si estuvieron el cantante Miguel Poveda, que fue íntimo de la Jurado, la “hermanastra” Carmen Borrego, el amiguísimo David Valldeperas, Ana María Peces, directora de los docudramas protagonizados por Rociíto, el Maestro Joao y su novio. Y, naturalmente, Fidel Albiac, mente pensante y marido de la anfitriona.
Poveda amenizó la fiesta cantando, al igual que lo hizo Encarna Anillo, y emocionaron a los asistentes entonando juntos el tema “Señora”, que popularizó “la más grande”.
Días antes se dejó entrever que aparecería por allí Ana María Aldón, pero la esposa de José Ortega Cano no aceptó la invitación. Sabía perfectamente que su presencia le acarrearía serios problemas con su marido y el resto de la familia mediática de la chipionera.
Así pues, brillaron por su ausencia desde los hermanos de Rocío, Gloria Camila y Jose Fernando, a sus hijos, Rocío y David Flores, sus tíos, Amador, Gloria y Rosa, el mismo Ortega y sus hermanos… Tampoco fueron Terelu Campos ni su madre, María Teresa, y alguien que se ha convertido en la mayor defensora de la Carrasco, Carlota Corredera.
Si Rocío Jurado levantara la cabeza vería que el gran sueño de su vida se ha cumplido a medias, por un lado, el positivo, la ilusión de ver inaugurado el museo, por lo contrario la pena de presenciar tanto desafuero familiar. Ella, que tanto luchó en vida por mantener unidos a los suyos, se moriría de nuevo de pena al ver este gran cisma. No era tinta e intuía lo que podría suceder tras su fallecimiento. Lo comentó en un aparte a un amigo periodista, el día de su última actuación en TVE, seis meses antes de su muerte. “Me da miedo pensar que esta unión se venga abajo”.
Ayer, el torero estaba en Francia, Ana María en Madrid, al igual que Rosa Benito y Gloria Camila, David en Málaga, y Amador en Chipiona, seguramente, escuchando cantar a Poveda desde su casa. Y con la nostalgia de recordar toda una vida pasada al lado de su famosa hermana.
Desgraciadamente, Rociíto no se percató de tan importantes ausencias. O no quiso percatarse. Le sobraban todos.