Amelia Bono, la excepción que confirma la regla de su familia

Justo cuando se iba a cumplir un año de la ruptura entre Amelia Bono y Manuel Martos, la pareja confirmó lo que durante tanto tiempo se venía rumoreando: se han dado una segunda oportunidad. «Estamos muy bien, muy felices. Mejor aún. Es el hombre de mi vida», reconocía una huidiza hija del exministro ante los medios. Lo cierto es que su reconciliación no ha pillado a nadie por sorpresa. El matrimonio se ha mantenido muy unido a lo largo de estos doce meses, y han sido varias las ocasiones en las que la opinión pública ha sido testigo de la complicidad que seguía existiendo entre ellos y que exhibían en sus citas.

Sin embargo, incluso los que parecen ser los nuevos tortolitos del papel couché han pasado por momentos complicados en el último año. Fue durante los meses en los que se relacionó a Amelia Bono con Fernando Ligués. Se les vio juntos en varias ocasiones, e incluso se comentó que ya habían conocido a sus respectivas familias, un supuesto nuevo idilio que no sentó nada bien a Manuel Martos. Según cuentan desde «Abc», el hijo de Raphael abandonó el domicilio en el que todavía vivía con la madre de sus hijos, y pasó los días siguientes en una casa próxima, siempre cerca de los niños.

No solo él se sintió molesto por la rapidez en que Amelia Bono habría rehecho su vida, sino también su familia, que soltó «sapos y culebras» sobre ella, tal y como recogen en el citado medio. En cualquier caso, el romance otoñal de la «it girl» y Fernando Ligués terminó más pronto que tarde, Manuel Martos aceptó «perdonar» a su expareja y sus caminos volvieron a unirse. La pareja tiene nuevos pactos que han mejorado la convivencia.

Tal y como han señalado desde el mediático clan, la situación no ha cambiado mucho ahora que se han reconciliado oficialmente. Martos seguía acudiendo a las celebraciones y encuentros que se daban en la familia de Amelia Bono, y viceversa. Desde ambas partes siempre han tenido claro que, a pesar de la ruptura, todos seguían siendo parientes, unidos de por vida por sus cuatro niños: Jorge, Manuel, Gonzalo y Jaime.

Amelia se ha librado de la perenne soltería que parece perseguir a los Bono, una suerte de maldición -o bendición, dependiendo de quién y cómo lo mire-. Su hermano, Pepe, anunció su ruptura con Aitor Gómez solo unos días después de que ella hiciera lo propio. El único hijo varón del exministro tenía planes de boda, pero no pudo ser. Sofía, la pequeña, mantenía una relación con Borja Gómez, un cachorro de la jet andaluza, pero no llegó a buen puerto. La misma suerte corrió Ana, la menos mediática de los hijos de José Bono y Ana Rodríguez. Tampoco los progenitores del clan han rehecho su vida. O al menos, oficialmente.